Pacto PSOE-Sumar: expulsar a los benedictinos del Valle de los Caídos. Con la Cruz, por ahora, no se atreven
Y crear un museo a la memoria... ¡republicana! Ya saben, para incentivar la concordia nacional
Bastaría con que el nuncio de Su Santidad se dirigiera al Gobierno para recordarle que no es quién para desacralizar basílica alguna y que no puede echar a los monjes de su casa porque le venga en gana al profanador. Hay que pararle los pies
Acuerdo entre los socialistas de Sánchez y los comunistas de Yolanda Díaz: 230 medidas para que España avance. Entre ellas, la famosa resignificación del Valle de los Caídos. Curioso fenómeno de odio a la cruz más grande del mundo, ubicada en la sierra de Madrid por la que los socio-podemitas sienten especial aversión.
Llevan cuatro años en su batalla contra el Valle de los Caídos y todo lo que han conseguido es exhumar un cadáver de hace 40 años, el de un tal Francisco Franco, y remover los cadáveres de miles de hombres para satisfacer la imposible petición de unos pocos a pesar de la oposición de muchos más.
¿Y qué dice la Iglesia? José Cobo, nuevo cardenal-arzobispo de Madrid: "Creemos en la inviolabidad del templo y de la comunidad". En su primer día dijo más que el cardenal Osoro en una década
En verdad, el nombre de 'profanador' de cadáveres le viene como anillo al dedo a don Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Según él, pasará la historia por ello, por exhumar el cadáver de Franco y el de otros muchos, en nombre de la memoria... republicana.
En cualquier caso, en el muy solemne y muy cursi pacto firmado por el PSOE y Sumar el paso martes, figura la expulsión de los monjes benedictinos del Valle de los Caídos y la desacralización de la basílica. Con la Cruz, por ahora, no se atreven, entre otras cosas porque los ingenieros aseguran que no es tan fácil volarla. Se trata de la cruz más grande del mundo.
¡Ah, sí!, PSOE y Sumar también quieren crear un museo a la memoria... ¡republicana! Ya saben para incentivar la concordia nacional. Se cambia la historia: la II República y el Frente Popular socio-comunista, los mismos que ahora forman gobierno, en un memorial de 1936, fueron quienes ganaron la guerra civil, los milicianos republicanos no eran asesinos sino democráticos luchadores por la libertad y Franco dio un golpe de Estado contra el orden establecido porque era una fascista, solo por eso.
En el entretanto, los leguleyos de Moncloa defienden que si declaran inconstitucional la Fundación Valle de los Caídos se podría desacralizar la Basílica, pero lo cierto es que eso sólo puede hacerlo el Papa... porque es basílica pontificia y porque así figura, para cualquier basílica, en los acuerdos entre España y el Estado vaticano. Pero ya saben cómo son los leguleyos de Moncloa: como el acuerdo concreto sobre la Basílica de Cuelgamuros entre el Gobierno y los benedictinos se instrumenta a través de la fundación Valle de los Caídos, nos cargamos la Fundación por anticonstitucional y ¡hale hop! expulsamos a los benedictinos.
A continuación, creamos allí un circo sobre la santidad republicana y el infierno fascista y todos tan amigos.
Los leguleyos de Moncloa defienden que si se declara inconstitucional la Fundación Valle de los Caídos se podría desacralizar la Basílica, pero eso sólo puede hacerlo el Papa
Al final, Sánchez, el profanador, pretende convertir Cuelgamuros en un Ministerio de la Verdad orwelliano: darle la vuela a la historia: lo bueno es malo y lo malo es bueno.
Y a todo esto, ¿qué dice la Iglesia? José Cobo, nuevo cardenal-arzobispo de Madrid sobre el Valle de los Caídos, en su primera comparecencia pública: "Creemos en la inviolabidad del templo y de la comunidad"... de la comunidad de monjes, claro.
Al final, Sánchez, el profanador, pretende convertir Cuelgamuros en un Ministerio de la Verdad orwelliano: darle la vuela la historia
Bastaría con que el nuncio de Su Santidad se dirigiera al Gobierno para recordarle que no es quién para desacralizar basílica alguna y que no puede echar a los monjes de su casa porque le venga en gana al profanador. Y debería hacerlo ahora mismo, pues lleva muchos años guardando silencio doloso. Monseñor Cobo ha hecho más con esa frase en unos días que su antecesor, Carlos Osoro, en una década. Ahora debe perseverar en la tarea y el Vaticano debe ayudarle.
Recuerden que la Iglesia ya cedió mucho en el Covid cuando prescindió de la Eucaristía. Desde entonces, el profanador se siente lo suficientemente valiente para perpetrar cualquier barbaridad. Hay que pararle los pies.
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