Algunos medios han encontrado un gran filón de visitas en la turismofobia
Hay tipos que dicen tonterías y hay medios que les prestan atención para captar visitas
Hay medios de comunicación que se quejan, con razón, de las malas prácticas que se extienden por las redes sociales, y después las imitan.
La razón de esa imitación es exactamente la misma: captar la atención de la audiencia, un fin que parece justificar cualquier medio. Tanto para los llamados "influencers" como para los medios digitales, esa atención se traduce en dinero, ya que en ambos casos las visitas generan ingresos por publicidad. Y eso acaba generando una penosa simbiosis entre algunos medios (incluso los aparentemente más respetables) y cualquier charlatán. Veamos un ejemplo.
Ayer, el diario español Abc publicó una noticia con este titular: "Un vecino de Gijón estalla contra los turistas de Madrid que van a Asturias en verano: «Iros a Benidorm»". Os ahorraré la lectura de la noticia, para que no piquéis en el anzuelo: el supuesto vecino no es el alcalde ni es concejal, sólo es un chaval con un canal de Tiktok. El interés que pueda decir alguien así es el mismo que si yo anuncio que convocaré una conferencia para explicar la genética de la lenteja. Es decir, ninguno.
Sin embargo, la noticia tiene un aliciente para Abc: la turismofobia y concretamente, el odio a los habitantes de Madrid, un tema recurrente en verano para generar polémicas estúpidas y dar lugar a debates en uno u otro sentido. De hecho, el tuiteo de Abc difundiendo esa noticia lleva casi 500 respuestas en el momento en el que estoy redactando estas líneas. Así pues, éxito para Abc: ha dado difusión al tonto de la ciudad y ha logrado atraer visitas con ello. Pero ¿a qué precio?
Conozco la bonita ciudad de Gijón, un sitio acogedor y ubicado en un lugar privilegiado de la costa de Asturias. Estoy seguro de que hay muchos vecinos de esa ciudad que viven del turismo y que trabajan duro a diario para sacar adelante sus negocios.Para Abc la noticia no es esa gente honrada, que trabaja duramente a diario y crea riqueza y puestos de trabajo gracias, en gran medida, a esos "molestos" turistas que vienen de Madrid. Abc ha decidido hacer noticia a un bobo con un canal de Tiktok que no representa a nadie y cuyo mensaje está motivado simplemente por el odio a la gente que viene de otra comunidad y por las ganas de llamar la atención como sea.
Sé que hay muy buenos periodistas en los medios tradicionales, también en Abc. Son gente que hace un buen trabajo dedicándose a informar de los asuntos que tienen interés para los ciudadanos. Esos periodistas merecen respeto. Otros no lo merecen tanto.
La autora de esa noticia de ayer tiene ya una larga colección de "clickbaits", como se conoce a los titulares que sirven de anzuelo para captar visitas recurriendo al sensacionalismo. Casualmente, hace dos días la misma redactora convirtió en noticia a otro bobo, en este caso un joven de Galicia, también promoviendo la turismofobia contra los madrileños, con este titular que es puro periodismo basura: "Un vecino de Galicia no se corta y dice lo que muchos piensan sobre los turistas de Madrid que van allí en verano: «Son una especie invasora»".
Conclusión: Abc ha decectado que poner un altavoz a cualquier tonto que incite a odiar a los madrileños es algo que genera visitas y, por tanto, ingresos, y por eso dedica dos noticias a dos tontos distintos en el mismo plan en sólo tres días. Yo no sé "lo que muchos piensan", porque no soy adivino, pero diré lo que pienso yo: esa forma de periodismo apesta y promueve lo peor de las redes sociales, regalando fama a personas desconocidas por hacer y decir cosas odiosas.
Lamentablemente, lo de Abc no es un caso aislado: esto ya lo hacen muchos medios, que al igual que ese diario han detectado que dar difusión a cualquier energúmeno puede generarles visitas. Obviamente, la técnica tiene éxito, y mi propósito con este artículo es que al menos la conozcáis para que no piquéis. Quienes provocan que ese apestoso sensacionalismo tenga éxito no son sólo los periodistas y medios que lo practican, sino también los lectores que pican en esos anzuelos, aunque lo hagan sin saberlo. Ahora, al menos, ya lo sabéis.
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