Estos serán los próximos cambios en las pensiones para 2023
- Varias novedades proceden de la reforma de las pensiones de 2011…
- …pero otras posibles variaciones se han pensado en la actual legislatura
José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
La última década ha sido una década de cambio para el sistema de pensiones español a través de diferentes reformas cuyos efectos aún se dejan sentir. De hecho, para el próximo año se implementarán nuevos cambios que solo forman parte de una hoja de ruta que, como mínimo, se extenderá varios ejercicios más.
A diferencia de este 2022, que llegó cargado de novedades en el sistema de pensiones a raíz de la primera pata de la ‘reforma Escrivá’ que modificó la revalorización de las pensiones y la jubilación anticipada, las principales novedades para 2023procederán de una reforma anterior, la de 2011. Esta reforma se plasmó en la Ley 27/2011, de 1 de agosto, destinada a aumentar la edad ordinaria de jubilación y a aumentar los periodos de cotización de cara al cálculo de la cuantía de las pensiones.
El texto, que se puede consultar en este enlace del Boletín Oficial del Estado, contempla un calendario progresivo por el cual, desde 2013, se ha venido retrasando la edad ordinaria de jubilación y estableciendo un límite de cotización que, de no cumplirse, hace retrasar la edad de jubilación más allá de los 65 años.
Ese es el primer cambio que llegará en 2023: a partir del 1 de enero la edad de jubilación ordinaria será de 66 años y cuatro meses para las personas que no alcancen una cotización de 37 años y nueve meses. Esto supone un aumento de dos meses de la edad de jubilación y una subida de tres meses en la cotización de referencia. Los trabajadores que cumplan esa cotización mantendrán una edad de jubilación de 65 años.
El objetivo de la norma contempla el final de este calendario progresivo en 2027, fecha en la que la edad de jubilación llegará a los 67 años para las personas que no tengan 38 años y seis meses cotizados. Las que sí lo cumplan tendrán una edad de jubilación ordinaria de 65 años.
El siguiente cambio para 2023 tiene que ver con el método de cálculo de las pensiones de la Seguridad Social. Este método obliga al trabajador ha cotizar un número concreto de años para tener derecho a cobrar el 100% de su base reguladora y también evoluciona conforme a un calendario progresivo que hace que, para el próximo año, aumente el tiempo necesario para llegar a ese 100% de la base reguladora, lo que se conoce de forma coloquial como ‘el 100% de la pensión’.
Desde el 1 de enero un trabajador necesitará haber cotizado al menos 36 años y medio para llegar al 100% de la base reguladora, medio año más que en el periodo 2020-2022, que exige 36 años. Esto se consigue reduciendo la velocidad con la que el trabajador consigue los porcentajes extra de base reguladora en cada mes adicional de cotización a partir de los 15 años:
-Por cada uno de los siguientes 49 meses (en 2022 son 106) se consigue un 0,21% extra de la base reguladora.PUBLICIDADnullnull
-Por cada uno de los siguientes 209 meses (en 2022 son 146) se consigue un 0,19% extra de la base reguladora.
Otros posibles cambios en las pensiones para 2023
En el alambre queda otro posible cambio: la ampliación del número de años que se tienen en cuenta para el cómputo de las pensiones. Actualmente se cogen los últimos 25 años (las bases de cotización de 300 meses), de hecho 2022 ha sido la última etapa de un calendario progresivo que comenzó en 2013 para subir ese cómputo desde los 15 años.
El Gobierno llegó a un compromiso con la Comisión Europea recogido en el Plan de Recuperación, Transformación y Resilienciaredactado para la recepción de las ayudas por la pandemia de coronavirus. En él se especificaba la promesa de «adecuar a la realidad actual de las carreras profesionales el periodo de cómputo para el cálculo de la base reguladora de la pensión de jubilación».
Este compromiso se detalló en mayor medida posteriormente, cuando el Gobierno firmó el calendario de las reformas pertinentes expresó la intención de diseñar «la legislación para la ampliación del período de cómputo para el cálculo de la pensión de jubilación». Un hito que se marcaba para el último trimestre de 2022.
En vista de la proximidad de esa fecha, José Luis Escrivá (ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones) ya ha anunciado que se reunirá en septiembre con los agentes sociales para hacerles la primera propuesta al respecto. Durante el último año se ha especulado con la posibilidad de ampliar el cómputo de las pensiones a 35 años, aunque el propio Escrivá ya sondeó opciones como la de mejorar el mecanismo de integración de lagunas (que rellena con bases ficticias los periodos sin cotización) o la de permitir al trabajador la elección de los años a incluir en el periodo de cómputo.
En paralelo, el Gobierno también tiene pendiente tratar el destope de las cotizaciones y el aumento de la cuantía máxima de las pensiones, dos medidas que van de la mano y que buscan un aumento de la contribución de las rentas altas con el objetivo de hacer más sostenible el sistema de pensiones, que será sometido a un sobreesfuerzo para asumir el aumento de 2023 por la nueva vinculación al IPC (Índice de Precios del Consumo) para la revalorización de las pensiones.
Este es el dinero que debes mantener en tu cuenta corriente para regatear a la inflación
- La OCU recomienda no tener demasiado por la nula rentabilidad
- Es conveniente buscar productos que proporcionen algún interés
- La inflación hace que el ciudadano pierda el valor de su dinero
El sueño de la inmensa mayoría de los trabajadores es ahorrar dinero a lo largo de los años y ver cómo esa cantidad va creciendo en la cuenta bancaria para, en el futuro, hacer frente al pago de una vivienda, un vehículo…o garantizar el porvenir propio y de los suyos. Sin embargo, el mantenimiento de ese dinero que se va ahorrando puede tener múltiples destinos.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha tratado el tema en su página web y ha explicado que el dinero que se debe mantener en la cuenta bancaria no debe ser, ni mucho menos, todo el dinero ahorrado. Todo tiene que ver con la rentabilidad que se le puede sacar a esos recursos ahorrados durante años de trabajo.
De acuerdo con la OCU, «las cuentas corrientes no son el mejor sitio para mantener nuestros ahorros, ya que prácticamente ninguna entidad las premia con intereses». El dinero simplemente se va depositando (con su origen en una nómina o una pensión, por ejemplo) y si se consigue ahorrar ciertas cantidades quedarán ahí a la espera de usarse.
Es por eso que la OCU apuesta por mantener en la cuenta corriente una pequeña cantidad de dinero. El organismo considera que lo ideal es guardar «ni demasiado dinero ni demasiado poco». La razón: puede ser necesario tener ciertas cantidades preparadas para ser usadas inmediatamente en caso de emergencias o gastos imprevistos.
El nivel recomendable de dinero que se puede mantener es el equivalente a tres meses de salario, explica la OCU, que advierte sobre la posibilidad de incurrir en números rojos si se tiene poco dinero en la cuenta y llega de repente un cargo imprevisto.
El peligro de la inflación
La inflación es uno de los enemigos del dinero que no se ‘mueve’. Debido al aumento de los precios, disparados en el contexto de guerra (el IPC llegó al 10,8% en julio), el mantenimiento del dinero en la cuenta corriente sin rendimiento alguno hace que, en la práctica, ese dinero pierda valor conforme más sube el coste de la vida.
Es algo muy similar a lo que pasa cuando se guarda dinero en efectivo en el hogar, ya que se trata de otro modelo de almacenamiento por el que no se obtiene ningún tipo de rendimiento a pesar del nivel de ahorro del trabajador.
Cómo sacar rentabilidad a tu dinero fuera de la cuenta corriente
La OCU ofrece dos propuestas para mover ese dinero que se ha ahorrado y le reporte al ciudadano una cierta rentabilidad:
-Si se puede disponer de ahorros por un periodo de 12 meses, lo que se considera un ahorro a corto plazo, la opción es la de un depósito a un año de plazo. En este sentido, conviene recordar que la retirada antes de tiempo del dinero puede estar prohibida o conllevar el pago de penalizaciones que anularían la rentabilidad buscada.
-En el caso de acumular ahorros a largo plazo (de los que no sería necesario disponer en cinco o diez años), la OCU propone productos de una mayor rentabilidad, aunque el ciudadano debe saber que puede tener periodos concretos de pérdidas.
Por último, la OCU lanza una advertencia: las personas que dispongan más de 100.000 euros en cuentas y depósitos deben repartirlas en varias entidades por motivos de seguridad. La razón es que la normativa europea solo permite la recuperación de esos 100.000 eurospor cada titular si se produce la quiebra de un banco.
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