El golpe de gracia contra el Opus Dei: que los curas numerarios dependan del obispo... o la disolución de la Prelatura
Torreciudad se ha convertido en maniobras, con fuego real, contra la Prelatura, dentro del mayor ataque contra la Obra en sus casi 100 años de historia... que coincide con la mayor crisis de la Iglesia en 2000 años de historia.
El santuario mariano de Torreciudad (imagen inferior izquierda) se ha convertido en el campo de maniobras, con fuego real, de lo que podría suceder a nivel global
Religión Digital es órgano oficioso de la Iglesia progresista española donde opera un nutrido grupo de progresistas clericales, gente inteligentísima, a fuer de sabia, a la que se le entiende todo. Ojo al dato: "El Opus Dei cumple 96 años azotado por los escándalos y con su futuro en el aire". Nadie podría haber resumido mejor la situación. Porque, en efecto, en este fin de año 2024, la Obra creada por San Josemaría Escrivá de Balaguer afronta el peor ataque combinado de sus 100 años de vida. Y mira que los ha sufrido en el pasado. Se juega su futuro como institución que no como obra de Dios y está azotada por los escándalos, todos ellos falsos.
Aspectos muy dispares pero, en perpendicular, coincidentes en el tiempo, y todo alrededor de los dos años, tras el 'Ad charisma tuendum' del Papa Francisco, tras el que la Obra lleva peleando para mantener su naturaleza y su existencia, su esencia y su contingencia. Con razón, Religión Digital, tan amante de la Prelatura, habla de que se está jugando su futuro. Tiene razón. Se lo está jugando y a una carta, porque se le obliga a ello.
Aclaremos algo: el golpe de gracia contra el Opus Dei no consiste en que el prelado, ahora mismo Fernando Ocáriz, sea nombrado obispo. No hacerlo es, simplemente, una mezquindad pues más de un cardenal y muchos obispos son miembros de la Prelatura.
No, lo grave es que los curas numerarios de la Obra dependan del obispo y no del prelado. Los enemigos de la Obra saben que eso sería un golpe de gracia, dado que los curas agregados del Opus Dei ya obedecen al obispo y los numerarios son los que atienden sacramentalmente a los miembros del Opus Dei de forma habitual, sus retiros, sus cursos de formación, etc.
Por eso, la trifulca entre el obispo de Barbastro, monseñor Pérez Pueyo y el santuario de Torreciudad, son maniobras con fuego real de lo que podría hacerse a nivel general. Se trata de romper el espíritu laical del Opus Dei, precisamente separando a los laicos de sus sacerdotes y haciendo depender a estos del ordinario del lugar.
Es un ataque global: libro sobre el Banco Popular que reaviva la leyenda negra, ridículos casos de 'explotación' laboral, la calumnia sobre pederastia en el colegio Gaztelueta... y el enemigo más terrible: la propia curia Vaticana, sobre todo los jesuitas
Seguimos con el ejemplo: se pretende hacer depender del Obispo de Barbastro un santuario que en su momento no era más que una pequeña ermita y que hoy congrega cada año a decenas de miles de penitentes y romeros, gracias a la tarea del Opus Dei. Con su intromisión, apoyada desde el Vaticano, Pérez Pueyo ha conseguido casi controlar un santuario... que se ha quedado vacío de fieles. Enhorabuena, ilustrísima: tendrá usted un santuario de piedras. Eso sí: todo suyo.
Pero el ataque contra la Obra va más allá, es del tipo global. De repente, con una financiación que nadie sabe de dónde sale, se anuncia la publicación de un libro escrito por un periodista de Reuters, Gareth Gore (se ruega no hacer chistes ni rimas fáciles con su apellido) quien presuntamente, y así engañó a muchos incautos, iba a escribir un libro sobre la intervención del Popular y lo que ha hecho es recuperar la leyenda negra del Opus Dei -¡qué digo, todas las leyendas negras del Opus puestas en fila!- para concluir con algo tan brillante como esto: "La Obra es un peligro para sí misma, para sus miembros, para la Iglesia y para el mundo". Profundo, muy profundo.
La editorial lleva meses alimentando una campaña subterránea antes de su salida, fechada para la próxima semana. Les va a costar rentabilizar la obrita sobre la Obra.
He leído trozos y resúmenes que el señor Sangre se ha dedicado a expandir por Madrid y que demuestran su espléndida imaginación: ¡yo ni podía sospechar que la obra fuera tan poderosa!
Al mismo tiempo, otro revival anti-Obra, esta vez vía argentina: vuelve la tradicional denuncia sobre explotación laboral. Un grupo de mujeres exOpus aseguran que estuvieron en la Obra, supongo que como numerarias auxiliares... ¡sin contrato! ¡Qué horror!
Esto no es nuevo y ha afectado a muchas congregaciones religiosas, clericales o laicas. Por supuesto que las numerarias auxiliares estaban sin contrato. Funcionan o deberían funcionar, como una familia, y yo no le firmo un contrato laboral a mis hijos.
Pues bien, ahora ya no se habla de eclosión laboral sino de "trata de mujeres", seguro que muchos lectores de El País están convencidos de que la Obra se dedica a la prostitución.
Otro ataque por otro flanco. Acusación de pederastia a un profesor del Colegio bilbaíno Gaztelueta, más falsa que una moneda de tres euros. Pero como hay una sentencia judicial en contra y, como, ¡ay dolor! indirectamente el Papa Francisco ha continuado la persecución de un inocente, pues... ya hemos encontrado el caso de pedofilia que nos faltaba para crucificar al Opus Dei. Ninguna institución cristiana puede ser masacrada si no tiene sombra de pederastia. Por el momento, hasta que el Nuevo Orden Mundial (NOM) decida legalizar y normalizar la pederastia.
A todo esto, añadan al enemigo más peligroso -el enemigo siempre está dentro-,es decir, la propia Curia vaticana, especialmente a los jesuitas, que son quienes más inquina guardan hacia la institución de San Josemaría Escrivá. A la cabeza del ataque, el cardenal jesuita Gianfranco Ghirlanda, el hombre de la gregoriana.
¿Cuál es la actitud de Francisco? Por ahora dejar hacer, pero los halcones le piden una resolución inmediata. Y ya saben: "Juan Pablo II nos comprendía y nos quería, Benedicto XVI nos comprendía pero no nos quería. Francisco ni nos comprende ni nos quiere"
Un ataque que se pretende final y que se hace coincidir con el Sínodo de la Sinodalidad, es decir, cuando la Iglesia más necesita de la capacidad evangelizadora de la institución fundada por San Josemaría Escrivá.
¿Y cuál es la actitud de Francisco ante todo esto? Dejar hacer. Ya saben: "Juan Pablo II nos comprendía y nos quería, Benedicto XVI nos comprendía pero no nos quería, Francisco ni nos comprende ni nos quiere". No estaría mal que algún obispo español saliera en defensa de la Obra, a fin de cuentas, fundada por un santo español.
Hemos llegado a un punto en que la alternativa es: separar a curas y laicos o la liquidación pura y dura del Opus Dei. Sí, estamos ante la mayor crisis, en 100 años de historia, del Opus Dei... que coincide con la mayor crisis de la Iglesia… en 2.000 años de historia.
Estamos en un momento crucial, lo que puede resultar un verdadero golpe de gracia contra el Opus Dei: que los curas numerarios pasen a depender de cada obispo o la pura y dura disolución de la Prelatura. O que vuelva la sensatez, que es lo que debería ocurrir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario