domingo, 18 de septiembre de 2016

Libro de visitas de la inspección de trabajo. Ya no es necesario

El libro de visitas de la inspección de trabajo que toda empresa estaba obligada a mantener al día y a disposición del susodicho inspector que tuviera a bien visitarla, desde ayer, 13 de septiembre de 2016, ya no es necesario.

¿Qué pasa con el libro de visitas de la inspección de trabajo?

El libro de visitas de la inspección de trabajo ha quedado obsoleto

El libro de visitas de la inspección de trabajo ha sido desde siempre una de esas obligaciones molestas para las empresas, por lo tanto, fuera una gran o pequeña obligación, siempre es bien recibida su eliminación. Nuestras empresas están saturadas de burocracia innecesaria y costosa que implica un gran lastre para todo empresario. Quizá el libro de visitas de la inspección de trabajo no fuera la más gravosa de todas, ni precisamente la más molesta, pero está bien; está muy bien que lo hayan eliminado porque su utilidad era más que dudosa más allá de la posibilidad de sancionar a la empresa cuando no disponía de él o no lo tenía al día. Así que hoy, pocas críticas a la administración desde aquí.

Desde el Ministerio de Empleo anuncian que eliminar el libro de visitas de la inspección de trabajo supondrá un ahorro de setecientos millones de euros para las empresas. Sinceramente no sé cómo han calculado esto ni si tiene algún sentido. A mí me parece que han calculado muy por arriba.

El libro de visitas de la inspección de trabajo es todo un clásico de nuestras empresas (casi tanto que habrá quien lo echará de menos). La obligación de tenerlo proviene de 1906 (dependía del Ministerio de Gobernación), así que es más antiguo que cualquiera de nosotros y muy anterior a Franco.

En 2013 hubo un primer paso en su eliminación y en la ley de apoyo a los emprendedores se sustituyó por un modelo electrónico. Ahora se ha extendido esa modalidad a todas las empresas y será la administración la obligada a registrar las visitas y las incidencias utilizando medios electrónicos sin que sea obligación de la empresa adquisición alguna ni trámites de diligenciado.

Hay que entender el concepto del libro de visitas de la inspección de trabajo en su origen: 1906. Esta obligación se instauró, no con el fin de que el inspector pudiera anotar las incidencias en él, sino para que los siguientes inspectores pudieran tener acceso a lo que otros habían dicho antes. Era un histórico que cada nuevo inspector consultaba y, como tal, era una obligación lógica y útil. Pero ya hace muchos años que tendría que haber desaparecido porque su uso y utilidad habían quedado caducos.

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