sábado, 4 de marzo de 2017

No somos medio moros

Genética de la raza mediterránea española

¿Somos medio moros?¿Hay razas en España? 
Dos mitos interesados de distintos frentes que la ciencia ha tirado abajo. Como sabemos una raza no se diferencia de otra solo por el color de piel, de hecho el color de piel es una de las características menos importantes ya que ésta cambia bastante dependiendo de la luz solar que reciba, en cambio las formas craneales, musculares, óseas, las facciones de la cara, incluso el comportamiento y la actitud o los valores culturales, son lo que definen a una raza. En las últimas décadas se ha profundizado en el conocimiento genético y gracias a esto, sabemos mucho más que antes sobre las diferentes razas humanas, ya no hay lugar para los tópicos y las mentiras interesadas en imponer una falsa visión de la historia y de la humanidad.

Adjunto un par de estudios en PDF que describo brevemente:

Estudio 1.
Fuente: Unitat de Biologia Evolutiva, Facultat de Ciències de la Salut i de la Vida, Universitat Pompeu Fabra, Barcelona; Stanford DNA Sequencing
and Technology Center, Palo Alto, CA; and Department of Genetics, Stanford University, Stanford, CA.
Idioma: Inglés
Resumen (traduzco):
"Finalmente, el flujo bidireccional a través del Estrecho de Gibraltar ha sido delimitado: la contribución genética de cromosomas Y europeos al mapa genético del Noroeste africano es aproximadamente de un 4%, y las poblaciones del Noroeste africano han aportado un 7% de los cromosomas Y ibéricos. El gobierno islámico de España, el cual empezó en el 711 D.C. y depués de casi 8 siglos, ha dejado sólamente una mínima aportación al actual mapa genético de cromosomas Y ibéricos.".

Estudio 2.
Fuente: Unitat de Biologia Evolutiva, Facultat de Ciències de la Salut i de la Vida,
Universitat Pompeu Fabra, Barcelona
Genetics Department, Leicester University, UK
Göttingen Genomics Laboratory, Universidad de Göttingen, Alemania
Idioma: Castellano.
Resumen: Se han analizado 44 polimorfismos bialélicos del cromosoma Y (suficientes para situar cada cromosoma en una rama terminal de en un árbol filogenético obtenido
con más de 150 polimorfismos) en siete muestras poblacionales del NO de África y la Península Ibérica. Los resultados muestran una gran homogeneidad dentro de cada una de ambas regiones, pero una gran disparidad entre ellas. El análisis filogeográfico permite reconocer varias contribuciones en los linajes patrilineales. Así, hemos reconocido un sustrato preneolítico específico del norte de África, con ulteriores aportaciones medioorientales, subsaharianas y europeas, mientras que en la Península se observa un sustrato paleolítico europeo, y contribuciones neolíticas y norteafricanas.

Resultados: Se tiparon un total de 273 individuos, que presentaron un total de 15 haplotipos distintos (Bosch et al., 2001). Un 63,6 % de los cromosomas Y magrebíes eran portadores del haplotipo 36 (H36), que registró una frecuencia del 3,1 % en la Península. Recíprocamente, los cromosomas ibéricos portaban mayoritariamente los haplotipos H104 (55,7 %), H103 (11,4 %) y H102 (8,2 %), que conjuntamente alcanzaron una frecuencia de 2,8 % en magrebíes. Según AMOVA, el porcentaje de la variancia genética explicada por la diferencia entre las poblaciones magrebíes fue del 0,8 % (p=0,169), y entre las tres poblaciones ibéricas, fue del 2 %(p=0,08). En cambio, las diferencias entre magrebíes e ibéricos explicaban el 35,2 % de la variabilidad genética total (p=0,032). Por lo tanto, no existen diferencias genéticas significativas entre las poblaciones magrebíes analizadas o entre las poblaciones ibéricas, pero las diferencias entre magrebíes e ibéricos son extremadamente acusadas.

Por otra parte analizando los haplogrupos Y-DNA se puede ver claramente que la población española en su conjunto no tiene similitud alguna con los haplogrupos que dominan en el Magreb. 

Se puede observar que el único haplogrupo propio del Magreb que tenemos en común de forma residual es el E3b2 (también conocidos como E1b1b1b o M-81).
El E3b1 (azul marino) que aparece en la península, corresponde a una rama del E1b1b1a1 (M-78) europeo bautizada como E-V13, el cual no se encuentra en poblaciones del Magreb.

Estos estudios demuestran el origen totalmente europeo de la población española, el cual desmonta a la vez varios mitos, como el de que los íberos eran de origen africano o el famoso mito del "mestizaje moro" durante la ocupación islámica de la península. 

Realmente el mito del mestizaje se desmoronaba por si solo sin la necesidad de estudios genéticos, ya que en la invasión islámica de la península ibérica el único peligro de mestizaje que pudo haber existido se basa en que se utilizaron miles de soldados bereberes (que por cierto muchos eran de origen caucásico blanco) y soldados árabes en menor cantidad para su conquista, pero se conoce por la historiografia islámica que al finalizar la contienda la mayoría volvieron a África para atender otras contiendas militares, con lo cual el mestizaje fué residual, aunque de todas maneras si estos soldados se hubiesen quedado en España el mestizaje habría sido mínimo y de consecuencias ridículas para el sustrato racial de la península. Por otro lado la gran mayoría de los "moros" que habitaron la península durante los 7 siglos de ocupación eran en realidad españoles convertidos al islam e incluso gran parte de los jerarcas islámicos eran de origen europeo, ya que eran descendientes de esos suevos vándalos y alanos que unos pocos siglos antes abandonaron la península al ser expulsados por los godos.

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