Ante la bajada de los tipos, la banca está pisando el acelerador en la comercialización de un tipo de fondos mixtos llamados fondos perfilados. Son fondos que invierten en otros fondos, con los que los consumidores pueden perder parte de sus ahorros, y además tienen unas comisiones más altas por la gestión activa que conllevan.
Durante los últimos meses la banca se ha lanzado a comercializar los llamados fondos perfilados, una clase de fondos mixtos que tienen una política de inversión determinada por un perfil de riesgo predefinido, adaptados a cada tipo de inversor. Son fondos que invierten en otros fondos; es decir, son carteras de fondos de inversión agrupadas en un solo fondo. En un escenario en el que los tipos están cercanos al 0% los fondos mixtos, entre los que se encuentran los fondos perfilados, están aglutinando la mayor parte de un crecimiento que, en términos brutos, supera los 6.700 millones de euros frente a los 4.800 de toda la industria.
Al poner su dinero en estos productos, el consumidor no está libre de ciertos riesgos, entre los que se encuentran las fluctuaciones de las rentabilidades y las altas comisiones a los que van aparejados. Además, como en todos los fondos de inversión, se deja en manos del gestor las decisiones de compra y venta sin su autorización.
Los fondos perfilados, bajo diferentes nombres comerciales (FonCaixa Equilibrio, Cartera Óptima Prudente, Santander Select Moderado, etc), invierten en otros fondos y diversifican la inversión, adaptándose al perfil de riesgo del inversor. El consumidor, en lugar de tener una cartera de inversión con dos fondos en renta fija, otros dos en renta variable y otro mixto, por ejemplo, contrata un fondo de inversión perfilado y se desentiende de cualquier gestión, ya que serán los gestores los que tomarían las decisiones de comprar o vender de acuerdo al perfil de riesgo del inversor.
Este producto no garantiza el capital y su rentabilidad dependerá de los fondos a los que se destinen los ahorros y el riesgo que asuma el cliente. Así, un mismo fondo puede destinar el 10% de la inversión a Bolsa europea, otro 10% a renta fija, un 5% a renta variable... Por ejemplo, en el caso de Banco Santander, tiene su gama de fondos mixtos llamados 'Santander Select', que se dividen en 'Prudente' (inversión en renta fija del 90% y en renta variable del 10%), 'Moderado' (70% destinado a renta fija y 30% a renta variable, o 'Decidido' (50% a renta fija y 50% renta variable) dependiendo del perfil del riesgo que quiera asumir el consumidor. Similares denominaciones encontramos en casi todas las entidades que comercializan estos productos.
Desde la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) insisten en que estos productos “son susceptibles de tener pérdidas, dependiendo de la fluctuación del mercado y de los valores que se negocien en el fondo”, y recalcan que los clientes deben “leer bien el folleto del fondo en cuestión, asegurarse de que está depositado ante la CNMV y examinar el nivel de riesgo que, en la primera página de los folletos, suele estar valorado en una escala del 1 al 7”.
Cuidado con las altas comisiones
Aunque los fondos donde invierten estos productos son a medida del perfil de riesgo del cliente, éste debe tener claro que la inversión no está garantizada, por lo que el consumidor puede perder parte de sus ahorros. Además, la rentabilidad tampoco es segura, puesto que los fondos tienen rentabilidades fluctuantes y unas veces pueden estar muy altas y otras más bajas o, incluso, acumular rentabilidades negativas. Para conocer la rentabilidad que puede obtener, el consumidor sólo puede tomar como referencia las rentabilidades de años pasados. Aunque estas rentabilidades pasadas no garantizan las rentabilidades futuras, son el único dato con el que el consumidor puede saber si la gestora del fondo es competente o no.
Un dato importante a tener en cuenta son las comisiones, que podrán minorar la rentabilidad final de manera importante. Al implicar una gestión activa, las comisiones en los fondos perfilados son altas, situándose entre el 0,6% y el 2%. Además cobran dos tipos de comisiones: la comisión de gestión y la de depósito. No hay que olvidar que los consumidores que tengan ahorros en un fondo deben tributar tanto las ganancias como las pérdidas patrimoniales obtenidas de la venta de las participaciones o del reembolso de la inversión.
La entidad tiene la obligación de aportar la información precontractual con estos datos, realizar las explicaciones adecuadas e informar claramente sobre el riesgo de cada fondo antes de la contratación.
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