Una medida que viola los artículos 19, 55 y 116 de la Constitución

Esta medida de Sánchez viola los artículos 19, 55 y 116 de nuestra Carta Magna

Toque de queda: nuevo golpe a la Constitución de un Gobierno crecido por el respaldo del PP

El estado de alarma de seis meses anunciado hoy por Pedro Sánchez, con toque de queda incluido, es la prueba de que este Gobierno va por muy mal camino.

Un cóctel de incompetencia, negligencia e irresponsabilidad

Es indignante que Sánchez recurra una vez más a la medida jurídica más extrema, más dañina con los derechos fundamentales y más perjudicial para nuestra economía, después de negarse a hacer pruebas en los aeropuertos y tras cruzarse de brazos ante la avalancha de pateras de este verano, permitiendo así la llegada de nuevos casos de coronavirus importados a España.

Una vez más, este Gobierno hace gala de un cóctel de incompetencia y negligencia y de una negativa a asumir responsabilidades políticas por su mala gestión de esta crisis sanitaria, que en la primera ola situó a España como uno de los países más afectados, y que nos ha colocado como la vanguardia europea de la segunda ola. A pesar de ello, aún no ha dimitido nadie de este Gobierno, a pesar de que sí hubo ceses y dimisiones en otros gobiernos con una gestión mejor que la suya. Somos el ejemplo a no seguir por el resto del mundo.

Una medida que viola los artículos 19, 55 y 116 de la Constitución

Sobre la legalidad de la medida anunciada hoy, hay que recordar que el Artículo 116.2 de la Constitución señala que el estado de alarma tiene que ser refrendado por el Congreso en “un plazo máximo de quince días”, y no es aceptable que las prórrogas sean por un plazo superior, como ya señaló en mayo Ramón Rodríguez Arribas, exvicepresidente del Tribunal Constitucional: “los plazos, cuando se establecen por ley, se pueden prorrogar por un tiempo inferior o igual al que se concedió. Nunca por un plazo superior”, señaló.

A eso hay que añadir que el derecho a la libertad de circulación, amparado por el Artículo 19 de la Constitución, sólo se puede suspender mediante “la declaración del estado de excepción o de sitio”, según el Artículo 55. Lo que ha anunciado hoy no es una mera limitación de la libertad de circulación, sino de su suspensión completa por las noches. De hecho, ese Artículo 55 advertía también que la “utilización injustificada o abusiva de las facultades reconocidas” en la ley orgánica que regula estos estados “producirá responsabilidad penal, como violación de los derechos y libertades reconocidos por las leyes”.

¿Cuándo piensa pronunciarse el Tribunal Constitucional?

Basándose en estos preceptos constitucionales, Vox recurrió el anterior estado de alarma ante el Tribunal Constitucional, por entender -acertadamente- que se trataba de un “un estado de excepción encubierto”. Es alarmante que pasados seis meses el TC aún no se haya pronunciado, dejando vía libre al Gobierno para continuar pisoteando nuestros derechos fundamentales. ¿Para cuándo prevé el TC dictar esa sentencia, para cuando ya no sirva para nada?

El Gobierno, crecido por el respaldo del PP en la moción de censura

No quiero terminar esta entrada sin referirme al hecho de que este grave anuncio se haya producido sólo tres días después de que el PP obedeciese a Sánchez y votase “no” a la moción de censura de Vox contra el Gobierno. Aunque los medios afines al PP hayan intentado maquillar de una forma burda y grosera ese apoyo, la realidad ha quedado plasmada en los elogios a Pablo Casado de Pablo Iglesias, de la socialista Adriana Lastra y de medios y periodistas afines al Gobierno como El País, Ignacio Escolar y La Sexta.

No es exagerado observar el incomprensible apoyo del PP al Gobierno en esa moción de censura como un trampolín para que Sánchez dé este nuevo golpe a la Constitución. De hecho, cabe preguntarse hasta qué punto el PSOE y el PP ya sabían de antemano que hoy llegaría este anuncio, y por ello Casado optó en dirigir exclusivamente contra Abascal su más que rastrero discurso del jueves, un discurso insultante que nunca le hemos visto lanzar ni contra la izquierda ni contra el separatismo. Con esa enésima burla a su electorado, lo que ha logrado el PP es que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se sientan crecidos y ahora den un nuevo paso en su campaña de demolición de nuestro Estado de Derecho.