La discusión a propósito de la sensibilidad de los animales toma protagonismo en el Parlamento Británico en relación a los pulpos y otros invertebrados.
Un nuevo proyecto de ley en el Reino Unido pretende contemplar a pulpos y langostas como seres con sentimientos, que deberían de protegerse como tal. Esta propuesta está liderada por diputados conservadores, con el apoyo de Conservative Animal Welfare Foundation (CAWF). Esta colaboración pretende reconocer a estas especies como seres vivos que tienen una experiencia sensorial y perceptiva más allá del plano físico.
Una arquitectura neurológica diferente
El proyecto de ley está avanzando. Actualmente, se encuentra en la segunda etapa de lectura en la Cámara de los Lores, y considera a los invertebrados como seres sensibles más allá del plano físico. Por esta razón, concuerdan los diputados, deben de ser protegidos en la medida de lo posible del sufrimiento.
Uno de los argumentos más sólidos que sostienen a esta nueva ley es que existen invertebrados marinos con índices elevados de inteligencia. El ejemplo icónico son los pulpos, que han demostrado ser capaces de aprobar pruebas diseñadas para niños pequeños. Teniendo esto en consideración, la CAWF denunció que la flota pesquera británica desembarca aproximadamente 420 millones de cefalópodos y crustáceos anualmente.
El informe fue respaldado por miembros del parlamento, quienes sostienen que estos animales marinos son discriminados en la legislación del país debido a que su “arquitectura neurológica difiere de la nuestra”, según la cobertura de The Guardian. Podría ser que el razonamiento esté fundamentalmente errado.
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Los pulpos y otras especies tienen una vida interior sensible
Privilegiar el bienestar y sensibilidad humanas ha desestimado la capacidad perceptiva y neurológica de otras especies. Los argumentos que fundamentan esta línea de pensamiento han alcanzado, incluso, la investigación científica seria, que ha puesto a otros animales por debajo del ser humano por tener «constituciones anatómicas diferentes«.
A pesar de que, efectivamente, los cuerpos no son los mismos y tienen funciones diferentes, es una realidad que esta visión antropocéntrica ha permitido la destrucción de ecosistemas enteros. Además, no considera la posibilidad de que otras formas de vida puedan ser sensibles, y más aún, tener experiencias interiores complejas. Tal es el caso de los pulpos y langostas, que son capaces de experimentar placer y dolor.
Lorraine Platt, fundadora de CAWF, denunció que la comunidad científica ha sido acallada por investigar la manera en la que estas especies mueren en manos de la pesca industrial. Esto podría explicar por qué no han sido considerados como ‘seres sensibles’ hasta ahora:
“¿Por qué están excluidos? Estoy segura de que la industria está preocupada porque arroja luz sobre cómo se matan, almacenan y transportan estos animales. Esto cuantifica por qué deberían incluirse en el proyecto de ley «.
Con la nueva legislación, las políticas gubernamentales deberán tomar en cuenta que los invertebrados pueden sentir angustia y alegría. En principio, esto limita la acción pesquera industrial en favor de la sensibilidad de las especies a las que afecta. Además, amplía el horizonte para otras especies que no han sido consideradas como ‘sensibles’ hasta ahora.
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