El adiós de la Rubia

El fin de los días de la cerveza

Hay quien especula con que la sequía y el precio de los productos necesarios para su elaboración abocarán a la 'extinción' a la bebida más popular de España

El consumo de cerveza repunta en verano. En la imagen, alguien posa con una refrescante bebida a pie de mar en Mallorca.

Los agoreros que plantearon la posibilidad de que la cerveza tenga los días contados encendieron las alarmas. La sequía y el encarecimiento de los precios de los productos podrían desencadenar cortes en la producción de la que se considera como la bebida más popular en España. Sin embargo, desde el sector llaman a la calma, tanto los grandes productores como los más artesanales. Los amantes de esta bebida tan bien relacionada con la dieta mediterránea pueden estar tranquilos según confirman fuentes de Estrella Damm, una de las principales cerveceras del país, que aseguran que actualmente la producción de cerveza no corre peligro de desaparecer, tampoco a escala local como afirman en Sullerica, la marca mallorquina radicada en el corazón de la Serra de Tramuntana.

Por una parte la patronal del sector, Cerveceros de España, recalca que se viene trabajando intensamente en medidas a favor de la sostenibilidad medioambiental a lo largo de toda la cadena de valor, desde la elaboración a la distribución y el consumo, e incluyendo el cultivo y la recolección de materias primas. Más en concreto en los últimos tiempos se continuó reduciendo el ratio de consumo de agua, el índice de vertido de agua residual, o el ratio de emisiones de gases de efecto invernadero en los centros de producción con el objetivo de alcanzar el residuo cero en la producción de cerveza para 2025.

Por el contrario otros productores ‘nacieron’ instalados en la sostenibilidad y el valor que aporta la cercanía. Guillem Coll, copropietario de Sullerica y maestro cervecero, habla del proceso que regularmente realizan en su «fábrica artesana», y ejemplifica que «el agua para refrescar la cerveza pasa por el intercambiador de calor y luego se reaprovecha para hacer cerveza». A diferencia de las grandes plantas industriales, que «gastan mucha agua recuperando botellas y barriles» para lo cual resultan indispensables losproductos químicos: «nosotros no tenemos ese problema» sentencia.

El secreto de Sullerica reside en la flor de naranjo de la Vall introducida en su elaboración.

En Sullerica, igual que en otras cerveceras con sello de autor, «las botellas son de un solo uso y los barriles 100 % reciclables. Una vez se han utilizado van directos al contenedor correspondiente» destaca su impulsor, para quien todo es cuestión de voluntad. «Se podrían aplicar estas maneras de hacer en la industria pero claro, los beneficios no serían los mismos. La nuestra es una apuesta por la calidad, la producción industrial se fija en otras cosas».

Lo cierto es que, en los últimos años, la industria cervecera ha reducido notablemente su consumo de agua, uno de los puntos que objetan aquellos que ponen en duda la sostenibilidad de un producto tan recurrente y apreciado como este. La posibilidad, de momento lejana, que las cervecerías en España se queden ‘secas’ ha cobrado cuerpo a través de una información originada en México, sobre la cual algunos medios de comunicación de ámbito nacional han hecho hincapié.

Esta refiere las decisiones que las autoridades han tomado, especialmente en lo que atañe al norte del país, sumido en una preocupante sequía que obliga a tomar decisiones como el cierre de las factorías. No hay que menospreciar el hecho de que México sea en la actualidad el principal productor mundial de cerveza –España es el décimo–, y que los cambios en la producción motivados por la sequía se puedan percibir en el mercado de algún modo u otro, especialmente en el aumento del precio final de las marcas internacionales.