El Gobierno masacra a 20 millones de contribuyentes con la reforma de pensiones para no tocar a otros 9
A través de dos golpes fiscales, Escrivá se ensaña en su reforma con los trabajadores que más ganan, pero afectará a todos.
La segunda parte de la reforma de las pensiones que José Luis Escrivá tiene que mandarle a Bruselas ya ha visto la luz. El Ministerio de Seguridad Social presentó ayer viernes los detalles a patronal sindicatos y posteriormente enviaba un documento con las medidas a los medios de comunicación. La sorpresa era mayúscula: no había una sola reducción del gasto para cuadrar las cuentasdel sistema. Por tanto, Escrivá optaba únicamente por subir los impuestos.
Así, la esperada reforma del ministro socialista pretende cargar contra la economía productiva los ajustes urgentes que necesita el sistema de pensiones para garantizar su supervivencia.Este plan tenía que haber estado listo en diciembre y en Europa estaban impacientes por recibirlo. A cambio de los suculentos fondos europeos, el Gobierno se había comprometido con Bruselas a elaborar una reforma que garantice la «sostenibilidad» de un sistema que hace aguas, pero sin especificar cómo.
Para cumplir esta promesa tan genérica, losúltimos movimientos de Escrivá se habían dirigido a disminuir el gasto y aumentar los ingresos. ¿Cómo disminuiría el gasto? Por ejemplo, realizando recortes por la puerta de atrás a los futuros pensionistas como con su idea de aumentar del periodo de cálculo de 25 a 30 años. La ampliación de la edad de jubilación también sería uno de ellos.
Sin embargo, el documento definitivo ha desvelado que no habrá ningún ajuste de gasto y que la apuesta del ministro socialista se va a centrar exclusivamente en aumentar los ingresos asestando un golpe a las cotizaciones sociales a los más de 20 millones de trabajadores que hay en la actualidad. La estocada en las cotizaciones afectará a todos los empleados y autónomos (a unos más y a otros menos).
Mientras tanto, el Gobierno no solo va a dejar sin tocar las pensiones de un colectivo que aglutina nada menos que a 9 millones de votantes, como son los jubilados actuales, sino que con la indexación de las prestaciones al IPC, todavía hace más grande el agujero del sistema. Después de leer el documento, el director de Fedea, Ángel de la Fuente, tiene claro que «este planteamiento no garantiza la sostenibilidad, sino más desequilibrio. El gasto está claro, pero los ingresos no van a ser suficientes».
Escrivá se ensaña con las rentas altas
A través de dos golpes fiscales, Escrivá se ensaña en su reforma con las rentas altas, es decir, con los trabajadores mejor formados y que trabajan en las empresas que mejor pagan:
- Subida de las bases máximas: este año el Gobierno ha decidido endurecer todavía más las condiciones de contratación en España elevando las bases máximas de cotizaciónhasta los 4.495,4 euros y ese escarnio no va a parar. Así, entre 2024 y 2050 se irán subiendo las bases sumándole a la cuantía anual del IPC una cuantía fija de 1,2 puntos porcentuales. Sin embargo, las pensiones máximas se revalorizarán año a año con la cuantía anual del IPC más un incremento adicional de 0,0115 porcentuales acumulativos cada año hasta 2050. «A partir de 2050 y hasta 2065 habrá incrementos adicionales» reza el texto. Esto significa que el premio que les otorga el Estado por pagar impuestos cuando llegue el momento de la jubilación de esos trabajadores será cada vez menor. Además, cuanto más suba la base máxima, más perjudicados se sumarán.
- Una cuota de solidaridad para la parte del salario que actualmente no cotiza por superar el tope máximo de cotización, que será del 1% en 2025 y que irá aumentando a un ritmo de 0,25 puntos por año hasta llegar al 6% en 2045. «Por ejemplo, a una persona que gane 500€ por encima del tope máximo de cotización, sólo se aplicaría por esos 500€ y no por todo su salario, cotizando 5€ adicionales en 2025» pone de ejemplo el documento.
Según los datos del ministerio de la Seguridad Social, de los casi 17 millones de asalariados actuales, un 7,5% cotiza por la base máxima, por lo que casi 1,3 millones de trabajadores soportarán buena parte de la subida fiscal de Escrivá, aunque ese número irá en aumento progresivamente. En la siguiente tabla de Fedea, se puede observar una aproximación de los salarios que hay por encima.
Subida generalizada de cotizaciones
Pero esto no es todo. Hay que recordar que el 1 de enero de este año ha entrado en vigor la subida del 0,6% sobre todas las nóminas que ha aprobado el Gobierno a través del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). La excusa de la creación del MEI es la de sostener el aumento del gasto en pensiones que experimentará el sistema próximamente debido a la entrada masiva de los pensionistas nacidos en el baby boom (son los nacidos desde finales de los años cincuenta a principios de los setenta). Oficialmente, el 0,5% lo soporta la empresa y el 0,1% el trabajador.
En lugar de impuesto, Escrivá prefiere llamar al MEI en el documento «colchón». Esta va a ser una de las patas fundamentales de la reforma de Escrivá. Tanto, que piensa duplicarlo para empezar a llenar la exigua hucha de las pensiones.
«El Mecanismo de Equidad Intergeneracional va a pasar de los 0,6 puntos porcentuales actuales a 1,2 puntos porcentuales en 2029, a un ritmo de una décima de subida por año para reforzar el sistema durante los años en los que puede haber una mayor tensión por la jubilación de la generación del baby boom» reza el texto. Aunque no se sabe cómo lo repartirá el Gobierno, los más de 20 millones de asalariados y autónomos actuales soportarán esta subida. Si en el mejor de los casos Escrivá decidiera repercutir el 100% de la subida del MEI en el empresario, este no tardaría en repercutirlo en el salario.
Más gasto
Por el lado del gasto, Escrivá subirá las pensiones mínimas y reforzará «el complemento de género».
«A imagen de lo que se ha hecho en los últimos años con el SMI, se establecen medidas para que la cuantía de la pensión mínima contributiva se aproxime al 60% de la renta mediana, tomando como referencia la evolución de la pensión mínima con cónyuge a cargo, que alcanzaría entre 2024 y 2027 el 60% de la renta mediana correspondiente a un hogar de dos adultos», reza el texto. El departamento de Escrivá entiende renta mediana el valor que, ordenando a todos los individuos de menor a mayor ingreso, deja una mitad de estos por debajo de dicho valor y a la otra mitad por encima. «Se establece un proceso similar para la evolución de las pensiones no contributivas, que crecerían hasta converger en 2027 con el 75% del umbral de la pobreza calculado para un hogar unipersonal» añaden.
«El complemento de brecha de género de las pensiones tendrá un incremento del 10%, adicional a la revalorización anual, en el bienio 2024-2025″. Según el documento, el complemento de brecha de género se aprobó en febrero de 2021 «en sustitución del antiguo complemento de maternidad que fue declarado discriminatorio y que, además, tenía un diseño regresivo. El complemento aporta una cantidad fija por hijo y está destinado a mujeres, excepto cuando sea la carrera laboral del hombre la que fue afectada por el nacimiento de hijo».
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