La lección de Portugal a España e Italia: la historia de un ‘milagro’ económico que no tiene fin
- Scope Ratings ha mejorado la calificación crediticia de Portugal hasta A estable
- Es uno de los países que ha reducido con mayor intensidad su deuda pública
- Portugal tiene una tasa de ejecución de los fondos recibidos que alcanza el 92%
La crisis de deuda soberana de la Eurozona, que tuvo lugar entre 2010 y 2013, generó fuertes divergencias dentro del área monetaria. Los países que más sufrieron esta crisis fueron denominados de forma ‘extraoficial’ como los ‘PIGS’ (Portugal, Italia, Grecia y España). Más de diez años después, la situación no ha cambiado demasiado para algunos de ellos, pero sí lo ha hecho para otros. Este es el caso de Portugal (también de Irlanda, aunque lo del ‘tigre celta’ tiene truco), cuya economía no ha dejado de sorprender a los analistas en los últimos años.null
Tras la crisis que estuvo a punto de romper el euro, Portugal aplicó (recomendado o forzado por la troika) una batería de reformas económicas que marcaron el comienzo de lo que ha sido denominado como ‘milagro portugués’. Este cambio queda reflejado en el rendimiento que paga la deuda lusa, que pasó rozar el colapso (en 2011-2013), junto a Grecia, a caer muy por debajo de la de Italia y también por debajo de España. Portugal paga menos que Italia y España por financiarse.
Hay multitud de documentos (aquí y aquí) de diferentes organismos que ponen de relieve estas reformas estructurales que transformaron la economía portuguesa. Pero quizá uno de los discursos más sonados en alusión a las mismas fue el de Mario Centeno (era presidente del Eurogrupo entonces) en 2018 en la Universidad de Harvard, un texto titulado From sick man to poster boy: Portugal’s successful recovery from the euro crisis.https://d-33736209351890081952.ampproject.net/2303231800000/frame.html
La transformación de Portugal también estuvo respaldado por importantes cambios introducidos en la legislación laboral. Las reformas se centraron en la flexibilidad interna de las empresas, (pero también en la externa, reduciendo la indemnización por despido), se dio una mayor facilidad para ajuste de las horas trabajadas, se mejoraron las prestaciones por desempleo para incentivar la búsqueda de empleo, se puso fin a algunas restricciones al despido y se amplió la posibilidad de firmar contratos temporales, lo que hizo que el mercado laboral ganase en flexibilidad.
Este es uno de los factores que ha permitido que Portugal (frente a otros países como Italia que apenas realizaron reformas) haya pasado de ser uno de los países con una tasa de paro más alta a una economía dinámica con un desempleo en la media de la Eurozona y muy por debajo de los países del sur.
Mientras que en España el paro supera el 12%, en Portugal se sitúa en la zona del 12%. Aunque el FMI prevé un incremento del desempleo en los próximos años, no se espera que supere el 6,6%. No obstante, las reformas estructurales también afectaron a la materia fiscal, al mercado de bienes y servicios (para mejorar su competitividad).null
Jakob Suwalski, director de calificaciones públicas y soberanas, y Alessandra Poli, analista asociada de Scope Ratings, ha realizado un profundo análisis que revela cómo Portugal ha logrado distanciarse de España e Italia en los últimos años gracias a su buen hacer económico. Este experto habla de estabilidad presupuestaria
Deuda y presupuesto
La prudencia presupuestaria de Portugal, la disminución de los déficits presupuestarios, la ampliación de los superávits primarios y el sólido crecimiento económico están reforzando la resistencia del país frente a las presiones relacionadas con el envejecimiento de la población, mejorando la sostenibilidad de la deuda a medio plazo.null
«La prudente política fiscal de Portugal puede atribuirse en parte a una política relativamente estable, también crucial para el crecimiento económico sostenido del país. El Partido Socialista de centro-izquierda se ha comprometido con dicha cautela fiscal y ha dado prioridad a un crecimiento económico sostenible desde que asumió el poder en 2015, manteniendo al mismo tiempo la confianza de los votantes, lo que impulsó su sólida mayoría parlamentaria en las elecciones anticipadas de 2022. La situación difiere de la del Gobierno español, que actualmente se prepara para unas elecciones generales a finales de año», argumentan Suwalski y Poli en una nota a la que ha tenido acceso elEconomista.
Una tasa alta de ejecución de fondos
La estabilidad, un boom del turismo que ha llegado como ‘agua de mayo’, las reformas estructurales y los avances realizados en política fiscal también son un buen augurio para la inversión por parte de Portugal de la gran cantidad de fondos de la UE (63.900 millones de euros, incluidos los fondos de Próxima Generación y del Marco Financiero Plurianual, es decir, el 27% del PIB) que recibirá en los próximos cuatro años.
El país tiene un buen historial de ejecución, como refleja la elevada tasa de absorción, del 92% hasta 2022 de los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos asignados en el período 2014-2020, muy por encima de la media de la UE (76%), Italia (62%) y España (57%), según los datos de Scope Ratings.
No obstante, Portugal sigue afrontando importantes retos económicos estructurales, dado que su economía, relativamente pequeña, pero muy abierta, depende en gran medida del turismo, incluso más que Italia y España. «Para mejorar el crecimiento a largo plazo, es fundamental impulsar la productividad. Sin embargo, para alcanzar este objetivo es necesaria una transición desde los bajos salarios del sector servicios hacia productos de mayor valor añadido».
Pero incluso en estos puntos débiles, Portugal está tomando cierta delantera respecto a España e Italia. Lisboa ya se ha convertido en uno de los centros europeos del trabajo en remoto, atrayendo a empleados cualificados de buena parte del continente. Por otro lado, la creación de nuevas empresas en Portugal y del establecimiento de firmas que vienen de otros lugares también se encuentra en tasas muy saludables.
Mejora del rating en la deuda
Portugal ha logrado para esta agencia un rating de A-/Estable, puesto que ha realizado notables progresos en la mejora de sus fundamentos fiscales en los dos últimos años, superando los esfuerzos de Italia (BBB+/Estable) y España (A-/Estable) en cuanto a ritmo y eficacia. «La mejora de las perspectivas de la deuda de Portugal y su capacidad para hacer frente a las presiones fiscales a largo plazo sustentan nuestra reciente mejora de la calificación».
Portugal ha logrado la tercera mayor reducción de la ratio deuda pública/PIB de la UE entre 2015 y 2023, con un descenso de 23 puntos porcentuales, a pesar de la pandemia de Covid y la crisis energética. Solo Chipre (con una reducción de 65 puntos porcentuales) e Irlanda (39 puntos porcentuales) lo han hecho mejor. La deuda en relación con el PIB va camino de seguir disminuyendo hasta situarse en torno al 91% en 2027, cerca de los niveles anteriores a la crisis financiera.
«Portugal ha mostrado progresos en el restablecimiento de su equilibrio presupuestario a pesar del impacto de la pandemia en 2020. El déficit fiscal, que había aumentado hasta el 5,8% del PIB en 2020, ha mejorado constantemente y se espera que alcance el 1,1% del PIB en 2022, reduciéndose aún más hasta el 0,4% del PIB este año», sentencia el experto de Scope Ratings.
El repunte del crecimiento ha ayudado. El PIB aumentará un 6,7% en 2022, frente al 5,5% de 2021, aunque se ralentizará hasta el 1,2% este año. También lo ha hecho la retirada de las ayudas extraordinarias a hogares y empresas vinculadas a la pandemia, que ha compensado parcialmente el aumento del gasto primario corriente relacionado con los salarios públicos.
Pese a la ralentización de la actividad este año, los analistas de CaixaBank Research admiten que existe el riesgo de que Portugal termine creciendo más de lo que se esperaba este 2023: «El buen tono de los indicadores de actividad plantea riesgos de revisión al alza para nuestra previsión de crecimiento del PIB».
«Destaca el buen comportamiento de los indicadores relativos al consumo, en particular las ventas de automóviles y el tráfico aéreo, lo que sugiere que el turismo sigue siendo un importante motor de actividad. Asimismo, los indicadores de confianza muestran una tendencia positiva en todos los sectores, a excepción de la construcción. A ello se suman algunas señales buenas en el mercado laboral: el paro registrado disminuyó en febrero (–2,0% intermensual), por primera vez en siete meses, y las ofertas de empleo aumentaron (+8,7% intermensual)», sentencian desde el banco catalán.
Estas mejoras han impulsado una rápida recuperación del superávit primario, que aumentará hasta el 1,7% del PIB este año, frente al 0,9% en 2022, el 0,5% en 2021 y un déficit del 2,9% en 2020. El cambio deja a Portugal en una buena posición en comparación con España, que se prevé que no vuelva a registrar superávit primario hasta 2027, e Italia, que prevemos que registre déficit primario hasta 2025.
Diferenciales en la deuda
Todo lo señalado con anterioridad influye de forma definitiva en los costes de financiación. Portugal fue durante años el país del sur (solo tras Grecia) que tenía que pagar una mayor prima a los inversores para financiarse en los mercados, lo que puso sus finanzas al borde del colapso. Sin embargo, esta situación se ha revertido y ahora el Tesoro luso es el que menos paga. El bono a 10 años ofrece un interés del 3,2%, frente el 3,4% de España y del más del 4% de Italia.
«Los inversores han notado estas mejoras fundamentales con los rendimientos de la deuda pública a 10 años de Portugal, alineados sistemáticamente con los de España, y en algunos casos, incluso más bajos desde 2021», asegura el experto de Scope. El rendimiento del bono luso se disparó durante lo peor de la crisis de deuda soberana. Sin embargo, en la actualidad cotiza con un rendimiento inferior al de España y muestra gran estabilidad.
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