Los números de las carreteras españolas no están puestos al azar: obedecen a un sistema que se remonta a 1760
Odio la nostalgia. Y muchas veces me traiciono y me reconozco revolcándome en ella pero no tengo ninguna duda: no echo de menos los años que viajábamos sin GPS, sin teléfono móvil y sólo lo hacíamos con una Guía Campsa o Michelin.
En el Renault Laguna de mis padres, siempre llevábamos una Guía Campsa en el bolsillo del asiento del copiloto. Iba ahí por la sencilla razón de que si me aburría siempre podía ir ojeando nombres de pueblos repartidos por España. Yo qué sé, cosas de niño sin un móvil entre las manos.
Pese a todo, reconozco que también sentí una punzadita en el corazón cuando me encontré con este vídeo del genial canal de Youtube de Jaime García (altamente recomendable si se quiere aprender de fotografía analógica echando unas risas).
Para entender lo que encontrábamos al abrir la guía era imprescindible saber qué significa la A de A-6, por qué otras carreteras cuentan con una N de N-V o tener claro que nada tiene que ver una carretera con otra aunque sus números sean realmente parecidos.
Pero, ¿cómo se diseñó todo esto? ¿Por qué las carreteras se llaman como se llaman?
La respuesta está en el Plan Peña.
El Plan Peña, el origen del nombre de nuestras carreteras
1940. En España acaba de terminar la Guerra Civil y queda un largo camino de recuperación por delante. Era el momento de poner en marcha un nuevo Plan de Carreteras que ya se había aprobado en 1939 y que quería poner orden en la nomenclatura de las carreteras de nuestro país.
El sistema fue diseñado por Alfonso Peña Boeuf, quien fue nombrado en 1938 ministro de Obras Públicas por Francisco Franco. Fue con él a través del cual las carreteras recibieron los nombres de "nacionales", "comarcales" y "locales". A estos nuevos nombres les seguirían número de hasta tres cifras.
Este Plan de Carreteras estuvo activo hasta 1984, cuando se aprobaron nuevas actuaciones, aunque las obras aprobadas (como el ensanchamiento de la calzada o mejora del asfalto) no pudieron llevarse a cabo en buena parte del país.
Para terminar de decidir cómo funcionaría el sistema, se llegó a la conclusión de que, desde Madrid, partían tradicionalmente seis caminos principales que cruzan España y que tenían por destino Irún (1), Francia, pasando por Barcelona (2), Valencia (3), Cádiz, pasando por Sevilla (4), Portugal, pasando por Badajoz (5) y A Coruña (6).
El sistema, por tanto, respeta las conclusiones del Proyecto económico de Bernardo de Ward, que data de 1762 y fue encargado por Felipe VI. En él se dejaba claro lo siguiente: "necesita España de seis caminos grandes, desde Madrid á la Coruña, á Badajoz, á Cádiz, á Alicante, y á la raya de Francia, así por la parte de Bayona, como por la de Perpiñan…". Las carreteras que, posteriormente en el Plan Peña, siguieran estos caminos recibirían el nombre de Nacionales y el país quedaba dividido en sectores, como podemos apreciar en la imagen inferior.
Plano detalle y general del Plan Peña
Decidido el nombre de las vías principales, quedaba por definir las comarcales y locales. En primer lugar, el mapa de España quedó definido por cinco círculos concéntricos que volvían a delimitar el territorio en espacios más pequeños. Aquí se definía la segunda cifra que, evidentemente, iba del 1 al 5.
Y, por último, quedaba por hacer que las carreteras hablaran. ¿Cómo? Atendiendo al último número de la carretera. De nuevo, la carretera llevaría por número una cifra del 1 al 5. Esto se debe a que, superado este último, la carretera era considerada camino vecinal y no local (aunque la distinción práctica no llegaría hasta 1961). ¿Qué especificaba este número? Si el número era par indicaba que la carretera era transversal (se acercaba o alejaba de Madrid) y si era impar señalaba que la carretera era radial (cruzaba entre sectores sin dirigirse hacia Madrid).
Poco a poco, las nomenclaturas se han ido modificando ligeramente y los planes de obras públicas se han ido sucediendo desde mediados de los años 80. El último gran plan de este tipo es el Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte (PEIT), que se puede consultar aquí aunque el último gran cambio en la nomenclatura de las carreteras llegó en el año 2003. Pese a ello, las bases de las vías comarcales son las mismas desde el Plan Peña.
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