2024, un año decisivo para el transporte
Empieza 2024, el cuarto año PP (post pandemia.. que nadie se asuste) y las expectativas, sin ser malas, tampoco son todo lo buenas que les gustaría a los transportistas.
Este 2023 que acaba de terminar ha marcado la vuelta a la normalidad (si es que se puede hablar de normalidad en los tiempos que corren), tras unos primeros años de la década que ha comenzado en 2020, que nos atrevemos a decir que han sido los años más extraños de toda nuestra historia: pandemias, volcanes…guerras en el corazón de Europa (que aún persiste aunque la tiranía de la actualidad nos lo haga olvidar). Han sido años que han removido todas las estructuras que se habían asentado en el mundo durante los últimos 20 años: la globalización, el comercio mundial, la propia sociedad de consumo…todo saltó por los aires en febrero de 2020 ante la fragilidad que mostramos como sociedad, ante la falta de recursos para enfrentarnos a lo desconocido.
Transporte por carretera: esencial para la sociedad
Nos ha llevado cerca de tres años recomponernos. Pero por fin parece que 2023 ha empezado a consolidar esta vuelta a la normalidad que tanto necesitamos. No obstante, eso no significa que lo normal deba ser siempre lo mejor. El transporte por carretera ha visto como las situaciones límite que hemos vivido han servido, por ejemplo, para hacer patente lo esencial que es, lo mucho que depende la sociedad de la labor diaria que hacen nuestros transportistas. Y sobre todo me refiero a los transportes por carretera, pues monopolizan el 95% de todo lo que se transporta en nuestro país.
Quizás sea este el motivo por el que esas reivindicaciones históricas del sector, siempre presentes en las innumerables y estériles mesas de trabajo que se han montado alrededor de las diferentes administraciones y clientes cargadores, de repente entran en una especie de circulo virtuoso y salen adelante. Cuestiones trascendentales y otras no tanto, pero con el indiscutible valor de haber alcanzado un estatu quo diferente en la negociación: vale que seguimos siendo el eslabón más débil en la cadena…pero ya hemos visto qué pasa si se rompe.
Suben los costes y cae la demanda de transporte
Entre tanto, en 2023 se ha ido normalizando el mercado de transportes…y esto, como hemos dicho, no siempre es bueno: los costes vuelven a subir, el precio de los transportes, toda vez que se va asentando la demanda, tras la “locura” de los años anteriores, empiezan a perder fuelle y loscargadores recuperan lentamente sus posiciones perdidas, marcando el paso y apretando cada vez un poco más, que de eso entienden mucho.
También empezamos a salir de una situación de mercado en el que las herramientas de trabajo de los transportistas, los camiones, se habían encarecido enormemente, por encima del 20/25% en no más de dos años, algo impensable y un desastre para quien los usa. No hablamos de que los precios hayan bajado, no, pero al menos las subidas se han atenuado y las entregas empiezan a normalizarse toda vez que las líneas de producción trabajan con más estabilidad. Aún así, su aportación a los costes de los transportistas sigue sin dar un respiro: ya no son sólo los camiones, sino muchos de sus componentes, como los neumáticos, que también se han encarecido, o los seguros, los costes de mantenimiento y el coste financiero.
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