Ha convertido a su gobierno en el referente europeo de los antisemitas
Los promotores del odio contra los judíos que Sánchez metió en el gobierno de España
España es el único país de la Unión Europea que tiene a comunistas en su gobierno, y eso conlleva implicaciones muy graves.
España, la gran excepción en las condenas europeas al ataque terrorista de Hamás
Una de esas implicaciones la pudimos ver ayer después del ataque terrorista de Hamás contra la población civil de Israel que ya se ha saldado, de momento, con 250 muertos, 1.450 heridos y 52 ciudadanos israelíes secuestrados, así como mujeres torturadas y violadas por los criminales islamistas que tienen el poder en la franja de Gaza.
Como suele ocurrir en estos casos, España ha sido la gran excepción en las condenas de países europeos contra ese ataque terrorista. Es algo inaudito, pues nuestro país ha sufrido directamente al terrorismo islamista y deberíamos estar muy sensibilizados con ello. El problema es que cuando el socialista Pedro Sánchez metió a los comunistas de Podemos en su gobierno, también metió a grandes aliados del radicalismo islámico. El caso más conocido es el de Pablo Iglesias Turrión, colaborador de una televisión pública iraní perteneciente al Servicio de Radiodifusión de la República Islámica de Irán.
Sánchez nombró vicepresidente a un quintacolumnista de Irán
Unos años antes de que Sánchez le nombrase vicepresidente del gobierno, Pablo Iglesias reconoció que se dejaba utilizar por Irán para desestabilizar España, una declaración por la que su entrada en el gobierno debería haber sido bloqueada por motivos de seguridad nacional. Pero eso a Pedro Sánchez no le importó. Como ha ocurrido tantas otras veces, el dirigente socialista primó su interés personal sobre cualquier otra consideración. Ayer, Pablo Iglesias no sólo no condenó el ataque terrorista de Hamás sino que los justificó, equiparando a Ucrania con los palestinos precisamente el día en el que uno grupo terrorista palestino masacró a cientos de israelíes en una agresión con miles de cohetes y terroristas armados asesinando de forma indiscriminada, secuestrando, torturando y violando a civiles israelíes.
Miembros del gobierno de Sánchez suscriben la retórica del terrorismo palestino
A su vez, la todavía vicepresidenta Yolanda Díaz, militante del Partido Comunista de España, se refirió al ataque de Hamás sin hacer ninguna mención al terrorismo, sin hablar de los crímenes sufridos por ciudadanos israelíes y reclamando "poner fin a la ocupación y que el pueblo palestino pueda vivir con dignidad", asumiendo la retórica mentirosa con la que el terrorismo palestino justifica sus atrocidades.
En la misma línea, la ministra Ione Belarra (de Podemos) se desmarcó de las condenas al ataque de Hamás y denunció "un silencio cómplice ante los ataques de Israel contra el pueblo palestino", sin dedicar ni una palabra a los civiles israelíes asesinados, secuestrados y torturados ni a las mujeres israelíes violadas por los terroristas de Hamás.
Los socios de gobierno de Sánchez no condenan el ataque terrorista de Hamás
A su vez, la portavoz de Podemos, Isa Serra, hizo una infame declaración sin condenar el ataque de Hamás, limitándose a rechazar "la declaración del estado de guerra" por parte de Israel tras ser atacado y criticando "la ocupación violenta del territorio palestino por parte del Estado de Israel", asumiendo también la propaganda falsa del terrorismo palestino. A su vez, otro de los partidos de extrema izquierda que forma parte del gobierno, la formación comunista Izquierda Unida, publicó un comunicado en el que se solidariza con los palestinos pero no con los civiles isralíes asesinados, torturados y secuestrados, y en el que no hace ni una sola crítica al ataque terrorista de Hamás.
La portavoz y eurodiputada de Izquierda Unida, la comunista Sira Rego, fue aún más allá justificando el ataque de Hamás con el argumento de que "Palestina tiene derecho a resistir tras décadas de ocupación, apartheid y exilio". Es decir, que la extrema izquierda asume la retórica de los terroristas y llama "resistir" a cometer asesinatos, secuestros, torturas y violaciones de civiles desarmados.
Unas declaraciones que deberían conllevar una destitución inmediata
Declaraciones como las citadas de dirigentes de extrema izquierda deberían motivar acciones de la Fiscalía, de la misma forma que se ha actuado por declaraciones mucho menos graves. Pero eso no ocurrirá porque en España la Fiscalía está controlada por el gobierno y no molesta a sus socios y aliados, algo que debería ser una vergüenza para los españoles pero que muchos lo han asumido como algo normal.
Ya al margen de las consecuencias penales, en cualquier otro país europeo declaraciones como las citadas conllevarían destituciones inmediataspor parte de las personas que forman parte del gobierno. Sin embargo, eso no ocurrirá en España porque Sánchez necesita a la extrema izquierda para gobernar y por eso le consiente todo, incluso ponerse del lado de los terroristas de Hamás.
Un odio a Israel alimentado por el antisemitismo de la extrema izquierda
La culpa de que esos fanáticos estén en el gobierno de España es de Sánchez, de sus correligionarios del PSOE y de sus votantes, que consideran normal tener como aliados a unos totalitarios que promueven el odio contra los judíos. Y digo esto porque una vez más ha quedado en evidencia que el llamado "antisionismo" no es más que un burdo disfraz para el antisemitismo de toda la vida. Lo que motiva el odio de la extrema izquierda contra Israel es el hecho de ser el único Estado judío. La extrema izquierda no exhibe una actitud así contra los numerosos estados confesionales islámicos que hay en el mundo, ni siquiera contra aquellos que violan los derechos humanos y tratan a las mujeres como seres humanos de segunda clase.
Si la extrema izquierda odia a Israel es porque odia a los judíos, un odio que Karl Marx empezó a alimentar en 1844 con un famoso ensayo antisemitacuyo contenido recuerda peligrosamente al "Mein kampf" de Adolf Hitler. El comunismo ha tomado el relevo del nazismo en cuanto a la promoción del antisemitismo en el mundo, y lo ha hecho banalizando el Holocausto y culpando a Israel de actuar contra los palestinos igual que los nazis actuaron contra los judíos, unas acusaciones infames que la IHRA ha calificado como formas claras de antisemitismo. Sánchez no sólo está degradando el Estado de Derecho en España, sino que además ha convertido a su gobierno en el referente europeo de los antisemitas, admitiendo en su consejo de ministros a extremistas que promueven el odio contra los judíos.
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