Transporte por carretera: ¿Qué podemos esperar en 2025?
El volumen de transporte de mercancías por carretera crecerá ligeramente en 2025 en un contexto de enorme incertidumbre por la inestabilidad económica en la UE, la inseguridad jurídica y el aumento de costes que erosionará la rentabilidad.
El sector español del transporte de mercancías por carretera crecerá moderadamente en 2025, pues la actividad del transporte pesado está íntimamente ligada a la evolución del PIB, que se prevé siga creciendo en 2025 por encima del 2%. Así al menos radiografía las perspectivas para el sector del transporte de mercancías por carretera la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC), que sin embargo, también ve “sombras” en el devenir del próximo año, que se concretan en un un entorno de gran incertidumbre, generada principalmente por la volatilidad regulatoria, la ambigüedad jurídica y el alza de los costes, sobre todo en lo relacionado con los peajes para camiones basados en emisiones de CO2, que ya funcionan en varios países de Europa y que durante el próximo año continuarán extendiéndose por este continente. Al mismo tiempo que los principales mercados de nuestras exportaciones por carretera, como Alemania y Francia, están anunciando posibles reducciones del consumo y la actividad industrial que afectarán a nuestras rutas de transporte internacional.
“Se podría decir que somos el “termómetro de la economía”., afirma Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de ASTIC y miembro del Comité Ejecutivo de Presidencia de la Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU). «Si se cumplen las previsiones de varios organismos que sitúan el crecimiento de nuestro PIB en 2024 en torno al 2,8% y del 2,3% para 2025, podemos afirmar que nuestro sector también crecerá en conjunto, aunque será precisamente el internacional el que pueda sufrir retrocesos debido a la coyuntura negativa de Francia y Alemania», explica Ramón Valdivia.
2024 el mejor año de la década
El transporte de mercancías por carretera movió en España 418 millones de toneladas, casi un 8% más que el mismo trimestre de 2023, lo que par Astic significa que cerrará con el mejor resultado de actividad desde hace más de una década. Entre las causas que han impulsado estos datos destaca “un ascenso de los flujos domésticos en un 2024 marcado por la inflación y la incertidumbre económica en el contexto europeo, especialmente en países clave para nuestro tráfico internacional como Alemania, que ya ha entrado en recesión; y Francia, que recibe la mitad de nuestras exportaciones por carretera y cuyo déficit público no para de aumentar”, añade Valdivia.
En el contexto comunitario, las últimas previsiones de la IRU (julio) apuntan a un crecimiento del 1,7% del volumen de transporte de mercancías por carretera en 2025, alcanzando los 1,94 billones de toneladas.km en la UE.
2024 también ha sido un buen año en cuanto al número de matriculaciones de vehículos industriales, a pesar de que las previsiones de los fabricantes no eran buenas a comienzos de año. En el acumulado de enero a noviembre se han matriculado en España 30.064 unidades, un 14,2% más que hace un año, según las asociaciones ANFAC, Faconauto y Ganvam.
Aumento de los costes de explotación
2025 también será testigo, según las previsiones de Astic, del aumento de los costes del sector. Además del mayor precio de los camiones, neumáticos y seguros, empiezan a juga un papel importante los peajes cuyas tarifas se calculan según las emisiones de CO2 del vehículo. Un gravamen que ya está implantado en Alemania, República Checa, Austria y Hungría y que el 1 de enero de 2025 empezará a funcionar en Suecia, Dinamarca y Países Bajos. El Gobierno español, sin embargo, parece ratificarse en que, al menos a corto plazo, no se implantarán en nuestra red vial.
Por otro lado, el próximo año este sector continuará enfrentándose a costes sociales muy elevados; así como a la volatilidad de los precios del crudo, teniendo en cuenta el impacto del conflicto en Oriente Medio
Los cambios normativos generan inseguridad
En el “debe” hay que apuntar la inseguridad jurídica y los constantes cambios normativos, tanto a nivel nacional como europeo, especialmente en temas tan determinantes en la estructura de costes de las empresas de transporte como son el laboral y el energético que “conforman un panorama desfavorable que erosionará la rentabilidad de las empresas de este sector en 2025”, apuntan desde Astic.
Para esta organizacion los principales focos de inseguridad jurídica vendrían determinados la política medioambiental que dicta Bruselas “que aún parece albergar dudas en favorecer un mix energético que incluya los combustibles renovables”, mientras que a nivel nacional, señalan “los constantes anuncios de reducción de la jornada laboral que emanan de nuestro Gobierno”.
Algunos ejemplos de inestabilidad legislativa en nuestro sector son la norma que obligaba a que los camiones regresaran cada ocho semanas al centro operativo de su empresa de transporte, dentro del Paquete de Movilidad, y que la Justicia europea ha tumbado este año; las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE); la modernización de los tacógrafos de segunda generación; o la estructura impositiva de los combustibles.
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