Ninguna de las dos ha condenado el ataque terrorista de Hamás contra Israel
Dos ministras que rechazaron la condena europea del nazismo y del comunismo ahora acusan falsamente a Israel de 'genocidio'
Las facción comunista del gobierno de España ya no se molesta ni en disimular un poco su odio a Israel, como hemos visto hoy.
Sin haber publicado en esta semana ni un solo mensaje condenando el ataque terrorista de Hamás contra Israel -en el que fueron asesinadas más de 1.300 personas, 120 fueron secuestradas y 3.200 fueron heridas, según datos publicados por Israel-, este sábado la ministra de ultraizquierda Ione Belarra ha acusado hoy a Israel de "genocidio"y ha pedido a sus socios de gobierno socialistas que le ayuden a llevar a Israel al Tribunal Penal Internacional. Como era previsible, la otra ministra de Podemos, la comunista Irene Montero, ha apoyado la petición de Belarra, apelando a los derechos humanos.
En marzo de 2021, el Parlamento español votó una iniciativa para suscribir la condena europea de los crímenes del comunismo, condena que recordaba que "los regímenes nazi y comunista cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones y fueron los causantes de una pérdida de vidas humanas y de libertad en el siglo XX a una escala hasta entonces nunca vista en la historia de la humanidad". Esa condena europea fue rechazada con los votos de los partidos que gobiernan en España, el PSOE y Podemos, y de sus aliados parlamentarios de ultraizquierda.
Por si alguien quiere comprobarlo, aquí se puede ver lo que votaron todos los diputados ante aquella iniciativa. Ione Belarra e Irene Montero votaron en contra. Es decir, que dos ministras de extrema izquierda que rechazaron una condena de los crímenes de genocidio cometidos por nazis y comunistas, ahora acusan falsamente a Israel de "genocidio" por defenderse de un ataque terrorista. El antisemitismo de extrema izquierda no debería haber llegado nunca al gobierno de España. Si esas dos ministras están ahí es porque Pedro Sánchez las puso y las mantiene en sus cargos a pesar de todas sus infamias.
Está promoviendo el extremismo para tapar sus escándalos de corrupción
Sánchez alienta la violencia izquierdista sin haber condenado el asesinato de Charlie Kirk
En febrero de 2008, un micrófono abierto sacó a la luz la estrategia de los socialistas españoles a la hora de impulsar su agenda política.
Después de una entrevista de Iñaki Gabilondo con el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, el entonces presidente del gobierno confesó a ese periodista, afín a su partido: "nos conviene que haya tensión". Esa declaración explica muchas cosas que ha hecho el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y que sigue haciendo en la actualidad, entre ellas el intento de Sánchez de generar una cortina de humo para tapar sus escándalos de corrupción, que están provocando un descalabro del PSOE en las encuestas desde hace meses.
Un ejemplo de esa tensión que conviene al PSOE es lo ocurrido en la edición de este año de la Vuelta Ciclista a España, que hoy concluye en Madrid. Activistas de extrema izquierda con banderas palestinas se han dedidado a reventar etapas de La Vuelta utilizando la violencia, como ocurrió en la etapa de ayer. Estos ataques a una competición deportiva no son espontáneos ni obra de incontrolados: han sido organizados por partidos de extrema izquierda e instigados desde el propio gobierno. Ahora mismo, España es el único país de la Unión Europea cuyo gobierno alienta ataques violentos a competiciones deportivas, algo extraordinariamente grave.
En las últimas semanas, esos ataques han ensuciado la imagen internacional de España, mostrándonos como un país en el que ni siquiera puede organizarse un evento deportivo con normalidad porque la izquierda quiere tensionarlo todo, incluso el deporte, para tapar sus escándalos de corrupción. En cualquier otro país, unos hechos de esta gravedad y que dañan nuestra reputación como país habría recibido una respuesta oficial del más alto nivel. Sin embargo, Pedro Sánchez no ha emitido ni la más leve condena contra esos ataques violentos a La Vuelta. Además, este domingo, en un mitin del PSOE en Andalucía, Sánchez ha expresado su "admiración" por esas protestas, nuevamente sin desaprobar sus actos de violencia.
Así pues, España tiene un presidente del gobierno que está alentando la violencia izquierdista, primero evitando condenarla y ahora, además, ensalzando a quienes se sirven de ella para reventar una prueba deportiva. Un gobierno democrático debería hacer justo lo contrario, porque la violencia con fines políticos no debe tener cabida en una sociedad democrática, pero el gabinete de Sánchez, una coalición de socialistas y comunistas, lleva años flirteando con toda clase de dictaduras y tiene entre sus socios a EH Bildu, un partido que ni siquiera condena los 853 asesinatos perpetrados por la banda terrorista ETA, incluidos los 22 asesinatos de niños y bebés.
Que el presidente del gobierno de España aliente la violencia izquierdista debería ser un escándalo, porque lo que eso nos indica es que el dirigente socialista cree que la izquierda está legitimada a utilizar cualquier medio para conseguir sus fines. Sin embargo, en España ya nos hemos acostumbrado a tener un político sin escrúpulos en el poder, un político que esta semana no ha tenido tiempo para condenar el asesinato del líder conservador Charlie Kirk. Sánchez no ha dicho absolutamente nada sobre este crimen, que ha provocado un fuerte debate internacional sobre el extremismo izquierdista. De hecho, en sus siete años de mandato Sánchez no ha condenado ninguna de las numerosas agresiones sufridas por sus rivales políticos.
Esto nos indica la clase de mentalidad que tiene el presidente del gobierno español: sin haber condenado el asesinato de Charlie Kirk, Sánchez se dedica a alentar la violencia izquierdista que ha puesto en grave riesgo a ciclistas en los ataques a La Vuelta en las últimas semanas. Sánchez es algo peor que un político irresponsable: es un fanático dispuesto a incendiar su país con tal de mantenerse en el poder.
ACTUALIZADO 18:54h: Unos minutos después de publicar este artículo, y tras el apoyo de Sánchez a estas protestas violentas, la extrema izquierda ha reventado el final de La Vuelta en Madridprovocando algaradas en las calles:
Todo esto para que Sánchez pueda tapar sus escándalos de corrupción. Hoy estamos dando una imagen penosa como país. Será un milagro si la Unión Ciclista Internacional no expulsa a España de su circuito de competiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario