Es usada como chivo expiatorio por antidemócratas de la extrema izquierda
España se ha convertido en el mejor método mundial para detectar idiotas
Soy español y amo a mi Patria por muchas razones: por su historia, por su cultura, por sus paisajes y por su buena gente (que es mucha).
Obviamente, eso no significa que me guste todo lo que ha ocurrido en la historia de España ni toda la gente que ha nacido en mi país, pero desde luego creo que los españoles podemos decir que nuestra historia tiene muchas más luces que sombras, por mucho que algunos insistan en promover una leyenda negra antiespañola por motivos políticos.
Esa leyenda negra tiene hoy promotores dentro y fuera de España. La segunda parte puede parecer normal, ya que promover el odio a otro país es uno de los métodos más viejos para ocultar los vicios y abusos de un régimen político. Por ejemplo, los políticos más mediocres de Hispanoamérica promueven el odio a España para distraer la atención del desastre que ellos han causado.
Basta con ver los casos de dirigentes ultraizquierdistas de la dictadura de Venezuela y sus amigos de México, dos países hermanos que han sido arrastrados por la extrema izquierda a una situación crítica, en el caso de Venezuela con un régimen socialista que ha hundido en la miseria a un rico país productor de petróleo, y en el caso de México con un gobierno ultraizquierdista que es cómplice de los altísimos niveles de violencia que sufre el pueblo mexicano. Los dirigentes socialistas de Venezuela y México fomentan la hispanofobia por el mismo motivo por el que Hitler promovía el antisemitismo: para hacer creer a la gente que los problemas de su país se deben a un "enemigo" ficticio.
Por supuesto, los problemas actuales de México y Venezuela se deben exclusivamente a los regímenes políticos de esos países y a quienes les apoyan. Entre sus partidarios, ciertamente, hay comunistas españoles, pero la amplia mayoría de los fans de esos regímenes son venezolanos y mexicanos. Si los pueblos de México y Venezuela quieren buscar a los culpables de su mala situación no tienen que salir de sus fronteras: los culpables viven entre vosotros, queridos hermanos.
He dicho más arriba que también hay promotores de la leyenda negra antiespañola en España. Efectivamente, en España hay españoles que odian a su propio país y que promueven ese odio activamente. La paradoja que se da en España y que no se da en casi ningún otro país es que esos hispanófobos son aliados del gobierno de Pedro Sánchez, formado por una coalición de socialistas y comunistas, y entre estos últimos hay fans de los charlatanes hispanófobos del otro lado del Atlántico. Al igual que ellos, los españoles hispanófobos creen que todos los males de España se acabarían destruyendo España.
Los charlatanes hispanófobos de dentro y fuera de España tienen un denominador común: engañan a la gente al utilizar a España como chivo expiatorio al que culpar de todos los males. Esta forma de intentar engañar a la gente no es nueva en la historia. Los hispanófobos no hacen nada original: esencialmente, lo que están haciendo es un engaño tan burdo y perverso como el de quienes utilizan como chivos expiatorios a los judíos, a los negros, a los ricos o a los cristianos.
Creo necesario hacer una advertencia: esa clase de discursos es habitual entre quienes quieren liquidar la democracia. El uso de chivos expiatorios es una de las características que se pueden observar en movimientos antidemocráticos como el comunismo, el nazismo y el fascismo, tres franquicias del socialismo que han utilizado ese método de engaño de una forma masiva y criminal, con trágicos efectos.
No veréis a ningún demócrata en Europa culpando de los problemas de su país a la conquista romana, a la Grecia clásica, a los invasores normandos, a los piratas bereberes o a los invasores bárbaros del siglo V. Alguien que hiciese un discurso así sería tomado por un idiota, con razón, y precisamente esos discursos antiespañoles están pensandos para engañar a idiotas. Gracias a esos discursos, España es hoy, con mucha diferencia, el mejor método mundial para detectar idiotas.
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