lunes, 2 de diciembre de 2024

A seguir REZANDO con más fuerza...AMÉN

La izquierda está creando una ventana de Overton autoritaria en España

Si hoy sólo me permiten rezar en mi iglesia, mañana sólo me dejarán opinar en mi casa

Hace poco leí una acertada frase que viene a decir que los judíos son como el pájaro dentro de la mina, y esa afirmación está cargada de razón.

La historia demuestra que el pueblo judío ha sido la primera víctima de persecución en sitios donde, finalmente, los derechos del resto de las personas han acabado pisoteados. Es lo que ocurrió en la Alemania nazi. No obstante, hay otro gran indicador de la amenaza totalitaria que se cierne sobre una sociedad: la libertad religiosa. Muestra de ello es lo ocurrido en la Rusia soviética, donde distintas confesiones religiosas fueron víctimas de una brutal persecución, que después se repitió en otros países, entre ellos la España republicana entre 1931 y 1939.

Esta semana hemos visto unas situaciones que recuerdan peligrosamente a aquellos años en los que unos totalitarios desataron todo su odio y su violencia sobre la comunidad católica de España: un gobierno amenazando con multas a católicos por rezar en la calleen las escaleras de acceso a una iglesia. No sé si lo más pasmoso es esto o que la mayoría de los medios (y también la propia Iglesia) hayan mirado hacia otro lado, como si fuese algo irrelevante.

Estamos asistiendo a la creación de una peligrosa ventana de Overton, ese proceso de ingeniería social con el que algunos pretenden normalizar cosas que hasta entonces eran censurables. Primero fue identificar como fanáticos religiosos a los que rezan, pero sólo si son católicos, eso sí (en el caso de los musulmanes, sólo te llaman "fundamentalista" si eres un terrorista). Después quisieron dejarnos sin asignatura de religión en los colegios, violando lo que dice la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), cuyo Artículo 18 señala la enseñanza como uno de los ámbitos de ejercicio del derecho a la libertad religiosa.

Hace dos años la izquierda se lanzó a prohibir rezar ante los abortoriosacusando a quienes lo hacían de cometer un delito de coacción, un tipo penal que siempre ha implicado el uso de la violencia. Ni siquiera se molestaron en explicar qué violencia hay en rezar una oración: tenemos una izquierda que impone su odio, su intolerancia y sus prejuicios irracionalesen cada vez más ámbitos de la sociedad.

Lo último (de momento) es amenazarnos con multas si rezamos en la calle ante una iglesia. ¿Qué será lo próximo? ¿Prohibir las procesiones religiosas? ¿Prohibir celebrar la Navidad como una fiesta cristiana? Alguien me llamará exagerado, pero ¿no nos habría parecido exagerado hace años que nos señalasen por ser católicos, que quisiesen expulsar la religión de las escuelas o que nos multasen por rezar en la calle?

Lo más llamativo en este proceso es encontrar con personas que no están entre el grupo de fanáticos que atacan la libertad religiosa, pero que han ido normalizando los efectos de esos ataques. Uno de los efectos más normalizados entre muchos españoles, hasta un punto que empieza a resultar sorprendente, es la idea de que si quieres rezar te tienes que ir a una iglesia o a tu casa, y que no puedes hacerlo en la calle. Una idea que contradice también el citado Artículo 18 de la DUDH, que señala que toda persona tiene "la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado".

Algunos deberían empezar a meditar un poco los efectos que puede tener el día de mañana que hoy acepten la idea de que la calle es un sitio donde no se debe ni se puede rezar. Si aceptamos eso hoy, tal vez mañana nos dirán que si queremos expresar una opinión opuesta a la del gobierno que nos vayamos a nuestra casa, que la calle no es lugar adecuado para expresar opiniones políticas (especialmente si contradicen al poder político) y que el espacio público debe ser algo así como un ámbito sin libertades, donde reine un silencio totalitario.

Nuevamente, no se trata de una exageración. Es tan aberrante que multen a alguien por rezar en la calle como que multen a alguien por opinar en la calle, pues al fin y al cabo estamos hablando de dos expresiones posibles de un mismo derecho a la libertad de expresión. Los que hoy aprueban las multas por rezar lo harán pensando que no les afecta, pues al fin y al cabo ellos no van a sufrir esas sanciones porque ellos no rezan en la calle. Esa actitud es tan egoísta como mirar hacia otro lado si alguien le da una paliza a un negro o a un homosexual por serlo, simplemente porque tú no eres negro ni homosexual.

Hay personas que creen seriamente que las dictaduras son regímenes que se implantan de la noche a la mañana, pero no siempre es así. En el momento actual, estamos sufriendo una degradación progresiva de nuestras libertades a manos de un gobierno formado por socialistas y comunistas, dos grupos políticos que promovieron graves ataques contra las libertades en España en la década de 1930.

Hoy en día, socialistas y comunistas siguen empeñados en expandir el papel del Estado en nuestra sociedad, ejerciendo un cada vez mayor control gubernamental sobre todo tipo de ámbitos:la economía, los medios de comunicación, la justicia, la sanidad, la educación... Siempre apelando a falsos pretextos, siempre disfrazando de buenas intenciones su asalto a la sociedad, para hacernos creer que lo hacen por nuestro bien, pero transmitiéndonos la idea de que ellos deciden por nosotros porque nosotros no sabemos tomar decisiones acertadas. 

Si seguimos así, ¿cuánto tardarán en decirnos que tampoco sabemos votar como es debido y que también es mejor que dejemos esa decisión en sus manos? Si creéis que esto también es una exageración, sólo tenéis que echar un vistazo a lo ocurrido en dictaduras socialistas y comunistas como Cuba, Venezuela o Nicaragua.

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