Una ofensiva frontal contra derechos amparados por la Constitución
El documento del PSOE con ataques a los derechos fundamentales en su 41º congreso
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) hace ya tiempo que se instaló en coordenadas ideológicas propias de la extrema izquierda.
Una prueba clara de esa deriva es la llamada "Ponencia marco" de su 41º congreso federal (ver PDF), un documento plagado de ataques contra los derechos fundamentales, como se puede comprobar haciendo un repaso de ese documento.
El aberrante ataque del PSOE contra el derecho a la vida
El más repulsivo de todos los ataques de los socialistas contra los derechos fundamentales tiene como víctimas a los más débiles e indefensos. En el punto 332 del documento, el PSOE pretende introducir el aborto en la Constitución como un derecho, refiriéndose a él como "derecho a la interrupción voluntaria del embarazo", un cínico eufemismo para disfrazar el acto de matar a un ser humano inocente en el vientre materno.
Si el PSOE logra ese objetivo, se daría la paradoja de que una Constitución que protege el derecho a la vida (tal como refleja su Artículo 15) incluiría también un "derecho" a asesinar a seres humanos antes de nacer por el mero hecho de no ser deseados o tener algún defecto. Un crimen aberrante y cobarde contra los que ni siquiera pueden defenderse.
Los ataques del PSOE a la libertad religiosa y a los católicos
En su punto 332, el documento socialista ataca la libertad religiosa al defender lo que califica como "políticas de neutralidad religiosa en actos públicos y de representación del Estado". Los socialistas pretenden que los cargos públicos no puedan exponer sus creencias, como si España fuese un país confesionalmente ateo. Hay que señalar que el ataque del PSOE a la libertad religiosa no se dirige contra todas las religiones por igual: propone derogar los acuerdos de 1979 con la Iglesia Católica (que sirvieron para desarrollar los derechos de los católicos en España, que son la mayoría de la población) pero no los acuerdos firmados con las demás religiones, entre ellas el Islam.
Con este plan, puede darse la situación de que los socialistas acaben dando más derechos a los musulmanes que a los católicos en un país tradicionalmente católico, mientras los cristianos sufren toda clase de discriminaciones e incluso persecuciones en países musulmanes.
El ataque del PSOE a la libertad de expresión e información
En el punto 318 de su documento, el PSOE pone en su punto de mira a los medios digitales y a las redes sociales, como viene haciendo desde hace meses, atribuyéndoles la responsabilidad del crecimiento de la "desinformación", una acusación cínica de un partido que recurre a la mentira de forma sistemática. Con el mismo cinismo, en el punto 335 el PSOE exige "transparencia y rendición de cuentas" a las redes sociales y a los medios de comunicación, mientras Pedro Sánchez se mantiene como el presidente más opaco de nuestra democracia.
En el mismo punto, los socialistas afirman: "No podemos dejar que los enemigos de la democracia usen el anonimato de las redes y la libertad de expresión para difundir bulos". ¿Se trata de una autocrítica tanto al PSOE como a sus aliados? Recordemos que los socialistas y sus aliados rechazaron condenar los crímenes del comunismo en una votación parlamentaria. Eso sí que es ser enemigos de la democracia.
En en el marco de su campaña de censura, los socialistas exigen "la creación de sistemas de verificación a todos los medios, redes sociales y sistemas de mensajería", con el pretexto de que "informen a la ciudadanía de los contenidos falsos y que desincentive su circulación". Una exigencia del mismo PSOE que calificó como "bulos" las denuncias sobre sus escándalos de corrupción. Podemos imaginarnos, así pues, en qué consistiría la "verificación" exigida por los socialistas.
El ataque del PSOE a la libertad de educación
El punto 156 del documento afirma: "tenemos el reto de educar en igualdad de género". Un reto que se orienta a un eufemismo que confunde el género con el sexo y que viene siento utilizado por el PSOE para disfrazar la ideología de género, una corriente surgida de la extrema izquierda y cuyas promotoras pretendían abolir la familia y normalizar el incesto y la pedofilia. Los socialistas vienen atacando la libertad de educación desde hace décadas, en un afán por imponer sus ideas a la sociedad pasando por encima del derecho a la libertad de educación reconocido por el Artículo 27.3 de la Constitución Española:
"Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones".
El PSOE nunca ha reconocido este derecho y cree que los políticos deben decidir por las familias en cuestiones morales, algo que en cualquier país es un claro ataque contra un derecho fundamental, pero que además, en el caso de España, es como poner al lobo a cuidar a las ovejas: ¿qué familia confiaría la formación moral de sus hijos a un Partido Socialista sumido en escándalos de corrupción?¿Con qué derecho unos políticos sin escrúpulos pretenden imponer sus aberrantes dogmas ideológicos a los hijos de los demás?
Un error derivado de desvincular el socialismo de sus propios abusos
El regreso del PSOE a la extrema izquierda y el error que eso puede provocar a su derecha
El 41º congreso federal del PSOE, que se celebra este fin de semana en Sevilla, está siendo una vuelta de ese partido a sus orígenes.
Un PSOE en sintonía con el fanático ultraizquierdista que lo fundó
Recordemos que el funador del PSOE, Pablo Iglesias Posse, fue un extremista de izquierdas que instigó el terrorismo (alentando un atentado terrorista contra el diputado derechista Antonio Maura desde la tribuna del Congreso, y negándose a condenar ese atentado una vez perpetrado) y apoyó a la dictadura soviética.
Significativamente, Pedro Sánchez reivincidó el legado de Pablo Iglesias hace unos meses, tal vez inspirado por el discurso que pronunció el 7 de julio de 1910 en las Cortes, que expresa bien la actitud que el PSOE siempre ha tenido ante sus escándalos de corrupción política:
"Este partido no ha cambiado de opinión respecto a este particular; estará en la legalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita; fuera de la legalidad, como han estado todos los partidos, cuando ella no le permita realizar sus aspiraciones".
Una réplica de Corea del Norte en Sevilla
Lo que se está viendo este fin de semana en Sevilla es el regreso del PSOE a la extrema izquierda, si es que alguna vez salió realmente de ella. Sólo así se pueden explicar las bochornosas imágenes de los aplausos masivos a Pedro Sánchez, en unas imágenes que parecen una réplica de Corea del Norte, y el destacado papel en este congreso de un personaje nefasto y que dejó a España al borde de la quiebra: José Luis Rodríguez Zapatero, el embajador de facto del régimen de Nicolás Maduro, una dictadura socialista cuyos insultos a la oposición están siendo copiados por Sánchez para silenciar las críticas a sus abusos de poder y a los escándalos de corrupción de su gobierno y de su partido.
'Sanchismo': el error de personificar las consecuencias del socialismo
Este regreso del PSOE a la extrema izquierda plantea posibles problemas más allá de las filas de esa mezcla de secta, agencia de colocación y movimiento autoritario que está encabezada por Sánchez. Basta con ver una costumbre que se ha extendido en el espacio situado a la derecha del PSOE, tanto en el plano mediático como en el plano político: calificar como "sanchismo" lo que en realidad es la evolución lógica del socialismo, una ideología que incomprensiblemente mantiene una buena imagen en España a pesar de que sus recetas sirven para degradar la democracia, arruinar la economía, generar paro y pobreza y crear el caldo de cultivo ideal para que florezca la corrupción política.
En el espacio a la derecha del PSOE, esa personificación de los vicios del socialismo no es nueva. Ya ocurrió durante los gobiernos de Felipe González y de Rodríguez Zapatero, cuando algunos se empeñaron en ver los vicios y abusos del socialismo como algo accidental en ese movimiento izquierdista, y no como algo estrechamente ligado con su naturaleza ideológica. Con ello se ayudó a poner a salvo al PSOE y al socialismo del castigo que merecían por sus abusos.
Las consecuencias que tuvo ese error en el Partido Popular...
La consecuencia de ese error ya pudimos verla durante los dos mantados del Partido Popular en el gobierno de España, tanto en la época de José María Aznar como en la época de Mariano Rajoy, cuando el PP abandonó la batalla de las ideas y se conformó con ofrecer un socialismo centrado en la buena gestión, motivo por el cual ese partido no derogó ninguna de las leyes del aborto aprobadas por el PSOE (ni la de 1985 ni la de 2010) ni ninguna de las otras leyes ideológicas de la izquierda. El PP sigue instalado en esa actitud, como demostró Feijóo con su asistencia esta semana al congreso del sindicato socialista UGT.
... y las consecuencias que puede llegar a tener en la derecha
Pero ese error no sólo existe en ese amplio espacio ideológico del centro-izquierda en el que se ha instalado el PP. En una parte de la derecha también se está extendiendo la idea de una especie de socialismo patriótico, que abomina abiertamente de las recetas de libertad económica para abrazar las tesis del intervencionismo estatal, compartiendo a veces las críticas de la izquierda al libre mercado.
Cabe preguntarse qué porción de la tarta socialista está dispuesta a comprar esa parte de la derecha.¿Sólo las recetas económicas, o también una parte del discurso en otros aspectos como la bioética, por ejemplo, a fin de atraer a izquierdistas que comparten con la derecha su rechazo a la inmigración masiva, a los excesos del ecologismo y al feminismo radical? El PP empezó su viaje a la izquierda adoptando sus tesis ideológicas situadas más allá de la economía, para finalmente comprar también sus recetas económicas, pero ese viaje puede completarse igualmente empezando por esas recetas. Debemos permanecer vigilantes para que la historia no se repita.
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