Un partido que aún tiene el cuajo de dictar quiénes son buenos demócratas
La actitud antidemocrática de históricos socialistas a los que el PSOE aún reivindica
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) es un partido que lleva muchos años atribuyéndose el papel de expendedor de títulos de demócrata.
Esa actitud pretenciosa pretende transmitir, sin ningún disimulo, que quienes no somos socialistas o de izquierdas no somos demócratas, todo ello mientras ampara en su pacticular concepto de la democracia a los partidarios del totalitarismo comunista, a los simpatizantes de ETA o a los autores del golpe separatista de 2017 en Cataluña. En realidad, el PSOE ha sido un partido históricamente antidemocrático, y para comprobarlo basta con repasar las actitudes de históricos dirigentes de ese partido a los que el PSOE aún reivindica. Veamos algunos ejemplos.

Pablo Iglesias Posse: amenazas terroristas en el Parlamento
El fundador del PSOE, cuyo retrato figura hoy en todas las sedes de ese partido, pronunció un incendiario discurso el 7 de julio de 1910, durante el debate del discurso de la Corona, en las Cortes: "este partido no ha cambiado de opinión respecto a este particular; estará en la legalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita; fuera de la legalidad, como han estado todos los partidos, cuando ella no le permita realizar sus aspiraciones". Era una clara exhibición de desprecio por el Estado de Derecho, que es la base misma de la democracia.
En ese mismo discurso, Pablo Iglesias amenazó de muerte al diputado conservador Antonio Maura, con unas palabras que el PSOE nunca ha condenado: "hemos llegado al extremo de considerar que antes que Su Señoría suba al poder debemos llegar al atentado personal". El 22 de julio de 1910, quince días después de que el fundador del PSOE lanzase aquella amenaza, Maura sufrió un atentado terrorista, en el que fue tiroteado, resultando herido en una pierna y en un brazo.

Francisco Largo Caballero apoyó la violencia y defendió una dictadura
Fue presidente del PSOE entre octubre de 1932 y diciembre de 1935, durante la Segunda República. El 12 de agosto de 1933, en la Escuela Socialista de Verano, afirmó: "Hoy estoy convencido de que realizar una obra socialista dentro de una democracia burguesa es imposible." Acto seguido, afirmó: "No sólo fuera de nuestras filas, sino en ellas mismas, hay quien teme que fuera preciso implantar una dictadura. Si esto ocurre, ¿cuál sería nuestra situación? Porque nosotros no podemos renunciar ni podemos realizar acto alguno que tienda a impedir el logro de esta aspiración".
Un mes más tarde, en unas declaraciones al semanario 'Renovación' de las Juventudes Socialistas, Largo Caballero afirmó: "Yo no sé cómo hay quien tiene tanto horror a la dictadura del proletariado, a una posible violencia obrera. ¿No es mil veces preferible la violencia obrera al fascismo? En un último extremo, ¿no es la democracia burguesa un sistema de opresión y de violencia?"
En noviembre de ese mismo año, en un mitin del PSOE en Don Benito (Badajoz), Largo Caballero amenazó: "Vamos a echar abajo el régimen de propiedad privada", uno de los derechos actualmente reconocidos por la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Artículo 17). Acto seguido, lanzó una nueva amenaza: "yo digo que la burguesía no aceptará una expropiación legal. Habrá que expropiarla por la violencia". Por si quedaba alguna duda de lo que pretendía el entonces presidente del PSOE, lo dejó muy claro: "haremos la revolución violentamente", afirmó, y añadió: "Esto, dirán los enemigos, es excitar a la guerra civil. Pongámonos en la realidad. Hay una guerra civil".
Unos meses después, el 20 de abril de 1934, en un acto de las Juventudes Socialistas, Largo Caballero afirmó: "mantengo el criterio de que hay que apoderarse del Poder político revolucionariamente, y que es tonto hacerse la ilusión de que vamos a poder adueñarnos de él de otra forma, tengo que manifestar que la revolución no se hace con gritos de viva el Socialismo, viva el comunismo y viva el anarquismo. Se hace violentamente". Unos meses más tarde, su partido llevó a la práctica esas amenazas y encabezó un sangriento golpe de Estado contra la República, entonces con un gobierno de centro-derecha surgido de las elecciones generales de noviembre de 1933.
No fue la última vez que Largo Caballero exhibió si desprecio por la democracia. El 27 de enero de 1936, en un mitin del PSOE en Alicante, amenazó con una guerra civil si la derecha ganaba las elecciones: "si triunfan las derechas, nuestra labor habrá de ser doble, porque con nuestros aliados podremos laborar dentro de la legalidad, y ganando las derechas tendremos que ir a la guerra civil declarada".
Hace dos años, el actual secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, llamó a imitar a Largo Caballero en un discurso pronunciado en un mitin del sindicato socialista UGT: "Actuó como hoy queremos actuar nosotros", dijo el actual presidente del gobierno de España.

Margarita Nelken: contra el derecho de voto de la mujer
Fue diputada del PSOE durante la Segunda República, y aunque se pasó al Partido Comunista de España durante la Guerra Civil Española, el PSOE le ha dedicado calles en 20 ciudades españolas. Un homenaje dudoso teniendo en cuenta las cosas que dijo Nelken, por ejemplo en su libro "La mujer ante las Cortes Constituyentes", en el que rechazó la posibilidad de otorgar el derecho de voto a las mujeres por miedo a lo que podrían votar: "Poner un voto en manos de la mujer es hoy, en España, realizar uno de los mayores anhelos del elemento reaccionario". Nelken añadía: "las mujeres españolas realmente amantes de la libertad han de ser las primeras en posponer su interés propio al progreso de España".

Indalecio Prieto amenazó con una pistola a otro diputado en el Parlamento
Como él mismo reconoció, este diputado socialista fue uno de los cabecillas del golpe de Estado de 1934. El 4 de julio de ese mismo año, durante una sesión parlamentaria, Prieto desenfundó su pistola y apuntó al diputado derechista Jaime Oriol de la Puerta, un hecho sin precedentes en la historia democrática española. Al día siguiente, el diario Abc relató lo ocurrido página 18): "el Sr. Prieto avanzó desde su escaño, relativamente lejano, sacó una pistola, le amartilló e hizo ademán de disparar contra el Sr. Oriol, que estaba caído sobre un escaño. No llegó a disparar; pero se le vio que con el arma agredía al diputado de la CEDA".
A pesar de esos hechos, el PSOE sigue reivindicando abiertamente a Indalecio Prieto, e incluso le dedicó una estatua en la zona de Nuevos Ministerios en Madrid.
Es intolerable que un partido con estos referentes se dedique a dar lecciones de democracia. Si el PSOE sigue reivindicando a personajes como los que acabamos de ver es porque, en el fondo, ese partido sigue mantentiendo el mismo desprecio por la democracia que ellos exhibieron. Y esto hay que recordárselo al PSOE todos los días.

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